American God

"Gods die. And when they truly die they are unmourned and unremembered. Ideas are more difficult to kill than people, but they can be killed... In the end."

American Gods

Lebron James lo intentó todo. Plantó cara al mejor equipo de la liga liderando a su mermada tropa hasta la extenuación y más allá. 45.8 minutos por partido, 35.8 puntos, 13.3 rebotes, 8.8 asistencias... unos promedios de videojuego para toda una final de la NBA, esfuerzo hercúleo que acabó por no ser suficiente. Pero un servidor no está dispuesto a aceptar el que las geniales líneas de Neil Gaiman con las que abríamos esta reflexión se cumplan en este caso. La brutal exhibición de James no le alcanzó para romper el maleficio deportivo que sobrevuela la ciudad de Ohio desde tiempos inmemoriales, pero tildar a su hijo pródigo de perdedor es de una inmoralidad grotesca. La emocionante insumisión de The King permanecerá viva entre nuestros recuerdos, para siempre.

Steve Kerr supo reaccionar ante el problema que el dúo interior de los Cavaliers venía provocando a su equipo. La inmensidad de Mozgov y la voracidad reboteadora de Tristan Thompson en aro rival no exigían defensa, sino un buen ataque. La batalla de las ideas contra la rotundidad regresaba, para reafirmar esa tendencia global que amenaza día tras día a los Big Fellas de siempre.

Bogut sacrificado (hasta desaparecer de la rotación), Iguodala en el quinteto y Green como único "grande" en cancha durante la mayor parte del tiempo. Con Lee ganado protagonismo y Curry afinando el punto de mira, el ajuste aplastó la resistencia encomiable de los de David Blatt. Cleveland, con una rotación real de entre 7 y 8 jugadores, no poseía el capital humano para aspirar a combatir el diabólico small-ball de los californianos. Volvía la ejemplar gestión espacial de los de La Bahía, con su fluidez ofensiva precedida de una extraordinaria defensa acaudillada por unos Draymond Green e Iguodala que además ejercían de fenomenales distribuidores en fase contraria. Las dificultades ofensivas de los Cavs se agigantaban con cada partido disputado, con cada minuto más en un tanque repleto de cansancio. Lebron James aunando los roles de creador y ejecutor, en un equipo con graves problemas de spacing (derivados de la presencia de Thompson en cancha, sin minusvalorar su excelente trabajo en la lucha bajo los aros) y que necesitaba como el respirar esos fogonazos individuales (y muy esporádicos) del racheado J.R Smith. 

Detener al Juggernaut, misión imposible. Fuente: nba.com

25.66 asistencias de media de los Warriors en los 3 partidos disputados a partir del cambio ideado por su cuerpo técnico, por las 15.66 de sus rivales. 10 pases letales por duelo de diferencia que son fiel reflejo de los diferentes estados de salud de ambas escuadras en fase ofensiva.

Pero la pletórica demostración de James queda grabada con letras doradas en el libro de historia del baloncesto mundial, junto a unos Golden State Warriors que son ya el tercer equipo con más victorias en una campaña de siempre (83 totales, por las 87 y las 84 de los Bulls del segundo three-peat de Jordan y cía). ¿El nexo común entre esos 3 conjuntos de leyenda?: Steve Kerr.

Kerr, el novato triunfador. Fuente: nypost.com

“He wondered whether home was a thing that happened to a place after a while, or if it was something that you found in the end, if you simply walked and waited and willed it long enough.”

Lebron regresará la próxima campaña, para pelear por ese anillo prometido con la furia incontenible de un Dios de la pelota naranja. Porque el orgullo de su gente bien merece el más alucinante de los esfuerzos.

Porque hay algo mejor que ser admirado: serlo en casa.



One Man Army

"Nothing is ever fulfilled, not until the very end and closure. Nothing is ever over."

Detective Rustin Cohle (Matthew McConaughey). True Detective.

Los Cavaliers habían luchado en el duelo inaugural con las armas previstas. El equipo de Blatt es a día de hoy un tropel de secundarios que tratan de ayudar a Lebron James en la medida de sus posibilidades, más un Kyrie Irving que arrastra problemas físicos evidentes. El porcentaje de uso ofensivo del Juggernaut de Akron está disparado (37.3%, el más alto de toda su carrera) y los sistemas de Cleveland se reducen a aclarados para que su #23 hunda en el poste al marcador de turno (el plan de Steve Kerr es lanzar distintos defensores para cansar al monstruo, y dispone de una batería francamente interesante) y decida entre hacer uso de sus trabajados movimientos en la pintura o tratar de encontrar al compañero liberado, en caso de que llegue la ayuda defensiva. Los 44 puntos del game 1 (con 38 tiros de campo intentados, mayor registro de toda su carrera), sumados a los 23 (incluyendo 2 tapones sobre Curry, uno de ellos mortal de necesidad en la penúltima jugada del tiempo reglamentario) de Irving, dieron a la escuadra visitante la posibilidad de ganar el partido en la posesión definitiva. Pero los intentos postreros de James y Shumpert no perforaron el aro, y en la prórroga no habría color. Derrota y, lo que es peor, la rodilla de Irving reclamando su cuota de protagonismo y dejándole fuera del resto de las finales.

Lebron aún más solo de cara a la segunda cita en el Oracle Arena, con el titánico objetivo de desafiar al ejército dorado de la bahía. Pocas oportunidades (o ninguna) para los Cavaliers según el grueso de los analistas americanos, The Chosen One disfrazado de Underdog... Y la cita de apertura de Rust Cohle resonando en los vestuarios de Oackland.

"Nothing is ever fulfilled, not until the very end and closure."

De extraordinario debe calificarse el trabajo en defensa de unos Cavs que dejaron a sus rivales en 16 asistencias totales, la peor marca de los Warriors en todo el curso baloncestístico, amén de un 8/35 en tiros de 3. Una labor titánica que el chispazo fugaz de un Curry fuera de partido (sacrificio inmenso de un Dellavedova que sigue opositando a antihéroe de estos playoffs) a punto estuvo de arruinar. Otra prórroga en estas sorprendentes finales. 

Y esta vez los cortesanos no fallarían a su monarca, siguiendo el ejemplo de un James inasequible al desaliento. 50 minutos de juego, 39 puntos, 16 rebotes, 11 asistencias y una resistencia sobrehumana a la derrota, cargando una y otra vez sobre la zona de Golden State con independencia del resultado de la última aventura. El monumental esfuerzo de Tristan Thompson (7 rebotes ofensivos totales) y del pequeño Dellavedova bajo el aro de los Warriors a 10 segundos para el final generaría 2 tiros libres transformados por el base australiano, y su esforzada defensa sobre Curry en la jugada siguiente (sumada a un tiro libre de Lebron y al error postrero de un irreconocible MVP de la regular season) acabarían por dar a los invasores la victoria y el factor cancha en la serie. 95-93, el planeta basket en estado de shock.

41 rebotes del trío James-Thompson-Mozgov (por los 45 de toda la escuadra de Kerr), 21 puntos del dúo Smith-Jones desde el banco... Los 34 puntos de un Klay Thompson enchufado a rachas no fueron suficientes ante el deseo desorbitado de sus rivales.

Lebron James ha decidido regalarnos unas finales. Alabado sea nuestro Papá Noel estival...

Los malos también ríen. Fuente: nba.com



Motín en la bahía

"Welcome to the jungle, we´ve got fun and games."

Guns ´N Roses.

La jungla competitiva de los playoffs, guinda a un gran año de baloncesto, encara su desenlace. Ya tenemos encima la gran final de la NBA, con los contendientes esperados por muchos desde hace meses: The King disputará sus quintas finales consecutivas, y esta vez deberá sofocar la rebelión protagonizada por los fastuosos Golden State Warriors de Steve Kerr. El motín organizado en la bahía de San Francisco preocupa al monarca de la liga.

La histórica campaña de los Warriors, dominadores en todos los aspectos del juego (67 victorias, mejor equipo en eficiencia defensiva y 2º en eficiencia ofensiva, más de 27 asistencias repartidas por noche...), ha tenido continuidad en las series por el título. Únicamente los Memphis Grizzlies de Joerger y su inmisericorde defensa se atrevieron a desafiar el dominio de los guerreros de Oackland, llegando a ponerles en dificultades con un 2-1 en contra. Pero los problemas físicos de Mike Conley y Tony Allen nos privaron de presenciar el límite competitivo real de la tropa liderada por Marc Gasol y Zach Randolph.

Los desajustes provocados por Draymond Green en las dos fases del juego (14.4 puntos, 12.2 rebotes, 5.6 asistencias y 1.8 tapones de media ante los Houston Rockets en la final de conferencia) han disparado su importancia en postemporada, tras una fantástica regular season. Y su liderazgo espiritual dentro y fuera de la pista le sitúan a la derecha de Curry, con permiso de un Klay Thompson con acierto decreciente en el tiro pero siempre ejemplar en su esfuerzo de dos direcciones. Porque lo de Steph alcanza ya la categoría de basket-ficción...

Green vs James, uno de los duelos de la final. Fuente:uproxx.com

Tras ajusticiar a los rebeldes Grizzlies (18 triples les endosó el #30 en los 3 últimos partidos de la serie, para superar la desventaja de 2-1 de la que hablábamos con anterioridad), Curry ha pasado por encima de los Rockets de Harden con una eficiencia de videojuego. 31.2 puntos de media en la final del oeste, con un 51.5% de acierto en tiros de campo (incluyendo un 49.1% desde la línea de 3, con ¡¡¡¡27 triples anotados!!!!). El niño bonito de la NBA destrozó el récord de Reggie Miller de dagas anotadas en unos playoffs y castigó a la tropa de McHale, situándose en un injusto 90% de acierto en lanzamientos librados. Billy The Kid se sentiría orgulloso.

Los problemas crecen para el Juggernaut de Akron: a lo anteriormente inventariado se añade el factor corrector en la pintura de Bogut, las rachas de Harrison Barnes, y un banquillo versátil y determinante. Pero los Cavaliers son el segundo equipo con mejor récord de la liga (justo por detrás de su rival en la final) desde que James decidió tomarse un descanso a inicios del mes de enero, y la ejemplaridad con la que se han repuesto de la baja de Kevin Love los hace altamente peligrosos. El gap temporal previo a la gran cita será maná para el físico de Kyrie Irving, y la excelente labor de los secundarios (J.R Smith, Thompson, Mozgov, Shumpert) más la telaraña defensiva perfeccionada por Blatt otorga a los de Ohio opciones de cara a lograr el que sería primer título de la franquicia, más allá del factor que supone The King por sí mismo.

La impaciencia nos invade en la tensa espera hasta ese 4 de junio, fecha de inicio de las hostilidades. ¿Triunfará el motín de la bahía?, ¿culminará el Mesías de Akron su viaje a la tierra prometida con el equipo de su estado?.

Get ready to rumble! 

Dos de los grandes bases de la NBA se citan, con el anillo como telón de fondo. Fuente: nba.com



The King in The East

Si inicias una aventura por la jungla de postemporada en la conferencia este y Lebron James se cuenta entre tus expedicionarios, mejor que no falten víveres para afrontar tamaño desafío. Las de este mes de junio serán las quintas finales de la NBA consecutivas para el Juggernaut de Akron, logro nunca visto desde los míticos Boston Celtics de la década de los 60 (8 finales seguidas llegó a disputar la tropa de Red Auerbach). Contar con Lebron a ese lado del país es garantía de arribar hasta el último escalón de la batalla por el anillo.

Limitado (si es que ese adjetivo es aplicable al #23 de los Cavaliers) por sus problemas con el lanzamiento de media y larga distancia durante todos los playoffs (17.6% de acierto desde la línea de 3 en postemporada), Lebron atacó más la zona de los Hawks durante la final de conferencia y los arrolló con un esfuerzo poliédrico. 30.3 puntos (43.8% de acierto en tiros de campo), 11 rebotes y 9.3 asistencias de media ante el equipo del entrenador del año, acaudillando un categórico sweep.

Los Cavs reinan en el este. Fuente: espn.go.com

Pero ni siquiera el monstruo profeta en su tierra hubiera sido capaz de alcanzar el logro en solitario. La lesión de Love y los recurrentes problemas de Irving obligaban a un esfuerzo suplementario del resto de la corte, y los secundarios han respondido a lo grande. El Rey enarboló el estandarte para liderar la carga, y cuando echó la vista atrás encontró el apoyo de varios de sus fervientes seguidores.

Superada la suspensión ante los Celtics, J.R Smith viene completando unas magníficas series por el título. Sus 18 puntos y 7.5 rebotes de media ante los Atlanta Hawks (con 4 triples anotados por partido) resultaron mortales de necesidad para el equipo con mejor récord de la conferencia. El asesino tatuado aceptó el reto, y sus rachas de acierto exterior fueron dagas envenenadas directas al corazón de los de Georgia.

Añadamos el poderío interior de Mozgov, la voracidad reboteadora de Thompson, la raza y competitividad de Dellavedova (odiado por los rivales, adorado por los fans de Ohio y por sus compañeros) y el buen hacer de Shumpert (4/6 triples en el 2º partido de la final del este y 4/8 en el tercero, unido a su buen trabajo defensivo) y completaremos el rompecabezas de estos Cleveland Cavaliers que se han plantado en la gran final pese a sus notables bajas.

James confía en sus vasallos. Fuente: windsorstar.com

La pérdida de frescura progresiva experimentada por el equipo de Budenholzer durante los playoffs (y los problemas físicos de varios de sus puntales) les impidó competir a la altura de lo esperado, pero ello no debe ensombrecer su magnífica temporada de baloncesto coral y fluidez ofensiva. Los halcones han sido este curso un regalo maravilloso para todos los amantes de este juego.

Y las huestes del Rey ya cabalgan hacia su encuentro con los Golden State Warriors de Steve Kerr y el MVP Curry, con los banderizos entonando loas dirigidas hacia su líder.

"The King in the East!!!!"




Un pícaro en la corte del Rey

Su llegada pasó desapercibida. Todos los grandes analistas loaron los aterrizajes de Mozgov (el protector de aro que necesitaban los Cavaliers, con impacto inmediato en el rendimiento del equipo de Blatt) y de Shumpert (el stopper exterior que toda escuadra candidata a todo necesita en su róster), y olvidaron al cañonero tatuado que llegaba acompañando a Iman desde la capital del mundo. Difícil recriminárselo, dada la concienzuda campaña de auto-descrédito que Smith había construido durante sus últimos cursos en New York. Sus fiestas alocadas fuera de la cancha y sus chiquilladas dentro de ella (con el Shoelacesgate como cénit) hartaron a fans y gerencia del Madison, pero los que seguíamos regularmente a los Knickerbockers sabíamos del inagotable repertorio ofensivo (mal enfocado) de J.R. Y, lo que es más importante, de su solvencia en situaciones de catch & shoot.

Tras cumplir la sanción sufrida ante los Celtics (de nuevo los cables de J.R cruzándose frente a los Orgullosos Verdes, como en aquella serie de 2013 con los Knickerbockers), Smith había castigado a los Chicago Bulls con varias de sus clásicas rachas de triples convertidos, pero sería en el estreno de la final de la conferencia este cuando los focos abandonarían al soberano de la corte (muy desacertado desde la media y larga distancia durante lo que llevamos de series por el título) para posarse sobre el pícaro.

On fire! Fuente: nba.com

8 triples convertidos (de 12 intentados) en la tarjeta personal del vividor de New Jersey, 4 en 23 intentos de todos los Atlanta Hawks. Con Irving limitado y asumiendo el rol de Cid Campeador (en el quinteto para intimidar al rival, pero muy lastrado), el bombardeo protagonizado por Smith al final del 3er cuarto y en los primeros minutos del 4º hirió de muerte a la tropa de Budenholzer. 97-89, el factor cancha saltando por los aires a las primeras de cambio y las dudas en torno a los halcones emergiendo con fuerza.

La deprimente vida nocturna de Cleveland ha centrado al cañonero tatuado en el baloncesto, y su nueva versión contenida y responsable amenaza al entrenador del año y a su bandada.



Colapso letal

"...and like a lot of dreams, there´s a monster at the end of it."

True Detective.

La legendaria maldición asociada a la franquicia en general, y a su estelar base en particular, parecía a punto de descansar en paz. La ventaja de 3-1 en la serie otorgaba a los Clippers (y a Chris Paul) un 93% de posibilidades de formar parte de la ronda final de la conferencia oeste, tras derrotar en una apoteósica serie de 1ª ronda a los inmortales San Antonio Spurs. Los 25 puntos de diferencia del 3er duelo y los 33 del cuarto no hacían sino evidenciar el ridículo perpetrado por los Rockets de Harden, Howard y McHale, un equipo sin alma que se hundía entre fallos de concentración inadmisibles en un equipo profesional del más alto nivel. La suerte parecía estar echada, y todos olvidamos el carácter indescifrable y maravilloso que define a nuestro juego.

Y el baloncesto, ataviado con su disfraz de profesor, se encargaría de volver a recordárnoslo.

Los Rockets se impusieron con claridad en el quinto partido (con triple-doble de James Harden), pero al antaño hermano pobre de L.A le quedaba una bala definitiva en su guarida del Staples Center. Y sería allí, ante los ojos del excéntrico Ballmer, donde se escenificaría la tragedia definitiva.

Con los Rockets en el alambre (tras recibir un parcial de 17-28 en el tercer cuarto, mitigado por el emocionante esfuerzo de Terrence Jones), llegaría la furibunda e inesperada reacción de los secundarios de la escuadra tejana. Acaudillados por Smith y Brewer (dos tipos inclasificables, muy desacertados hasta entonces en la serie), los visitantes endosarían a L.A un parcial de 40-15 mortal de necesidad, con el ex de los Pistons dominando tanto en ataque como en defensa. Sus triples venenosos, su creativa asistencia al propio Brewer y su protección del aro propio ante las embestidas de Blake Griffin se cuentan ya entre los mejores momentos de los playoffs de 2015. James Harden contemplaría el milagro íntegro desde el banquillo, sin tomar parte alguna en la defunción de los poderosos Clippers.

El errático Josh se disfraza de ejecutor. Fuente: fansided.com

La serie viajaba ayer a Texas para su séptima y definitiva batalla entre dos escuadras inmersas en estados psicológicos radicalmente opuestos. Y el esfuerzo coral de los Rockets (con Harden encontrando el camino hacia la línea de tiros libres, 15 aciertos en 18 intentos) les permitiría gobernar el partido con mano de hierro y confirmar el inexplicable colapso de los Clippers. De nuevo Smith aportando en ambos lados de la pista, de nuevo Brewer asociado con la sapiencia de Prigioni (letal con sus robos de balón marca de la casa) para insuflar veneno desde el banquillo. 100-113 el resultado final.

Los interrogantes se ciernen ahora sobre el fastuoso banquillo angelino (Rivers, Frank, Woodson, Cassell...) y sobre su lujoso róster, tras truncarse el sueño de los eternos perdedores.

Contra todo pronóstico, Josh Smith resultó ser el monstruo que aguardaba al final de dicho sueño, para convertirlo en pesadilla.

La maldición que no cesa. Fuente: latimes.com







Toros salvajes

 

El juego exterior de los Bulls, clave en la primera cita. Fuente: nba.com

La defensa es un arma primordial en los playoffs, más aún merced al incremento de la permisividad arbitral en las batallas de postemporada. Las eliminatorias por el anillo son una jungla en la que sobreviven los más fuertes.

Los Chicago Bulls de Tom Thibodeau se encargaron ayer de refrescar esas valiosas lecciones a los Cavaliers de David Blatt, en su cancha y en pleno estreno de estas finales anticipadas de la conferencia este. La irregularidad de Rose sigue ahí (olvidemos a aquel MVP que nunca volverá y disfrutemos del buen jugador que anoche endosó 25 puntos a la tropa de James), Noah está muy lejos del 100% (y se nota en su escasísima producción ofensiva, pese a que sigue siendo primordial asegurando el rebote y regalando oportunidades para anotar a sus compañeros con sus fantásticos bloqueos y su visión de juego), y Thibs ha perdido otra vez la confianza en su banquillo (en testimonial viene quedando la participación de Mirotic, y Brooks ve sus minutos disminuir drásticamente), pero el quinteto titular de los Bulls es de alto nivel y sabe perfectamente a lo que juega.

Con Pau y Noah erigidos en 2 vías más de fluidez para la circulación de bola, Dunleavy en constante movimiento buscando castigar al rival desde la línea de 3 puntos, y los 5 jugadores en pista cargando con furia el rebote ofensivo, el ataque de Chicago produce lo suficiente para hacer aún más temible su famoso desempeño defensivo. La madre del cordero.

De monumental debe catalogarse el trabajo ayer de un Jimmy Butler que, pese a su mejora exponencial en el juego de ataque durante el último año, es a la hora de proteger su canasta y en los playoffs cuando se convierte en un arma de destrucción masiva. Manos rápidas, físico imponente (capaz de aguantar a ratos los aclarados para situaciones de posteo de Lebron James) y agresividad bien entendida. El escolta es capaz de alejar al juggernaut de Akron de sus zonas de confort (9/22 en tiros de campo para The King en el 1er partido de la serie), sin rehuir nunca el contacto. Sumémosle el buen funcionamiento coral también en esta faceta, siguiendo a rajatabla el plan impuesto desde el banquillo (ayudas largas sobre Irving, quedando Shumpert como riesgo asumible y asumido), y tenemos a los de la Windy City exhibiendo su mayor fortaleza en todo su esplendor.

Tras recuperarse de la furibunda embestida inicial de los toros (18-5 el parcial de salida), la corte del rey acabaría rendida ante la inspiración de un Gasol que daba muy mala vida a Mozgov, muy incómodo ante la obligación de abandonar la guarida para defender los tiros a 6/+ metros del aro del de Sant Boi. Con empate a 53 en el electrónico, el parcial 15-0 (11 de ellos de Pau, que acabaría con 21 + 10 rebotes) resultaría mortal de necesidad para los Cavs. 99-92 el resultado final.

Problemas en la corte.

 

Los caminos se cierran para el soberano. Fuente. gettyimages


El hombre equivocado en el lugar equivocado

Cuban y Carlisle asumieron un riesgo, dejándose llevar por la "arm race" que acometieron varios equipos de la conferencia oeste. El bloque funcionaba bien con Monta Ellis manejando el balón en ataque, explotando su sociedad con Nowitzki y relegando al supuesto base a un rol espaciador dentro del engranaje ofensivo. De hecho, decir que funcionaba bien era quedarse corto: el ataque de los Mavericks era un ejemplo de productividad para el resto de la NBA.

Con todo, resultaba evidente que el mayor defecto estructural del róster de Dallas se encontraba en el puesto de base, y jugársela con Rajon Rondo parecía un riesgo que podía merecer y mucho la pena correr. El perfil del armador de los Celtics no casaba en absoluto con el modelo implantado por Carlisle (base amasador de balón y con tiro altamente sospechoso para una escuadra cuyos point guards venían jugando "off the ball" y dejando las riendas ofensivas en manos de Ellis), pero no dejaba de ser un excelente pasador, con pasado All Star y que había demostrado ser capaz de defender a gran nivel (siendo precisamente la defensa otra de las grandes debilidades del equipo de Carlisle), si la motivación le acompañaba.

Acoplar a Rondo resultó ser una tarea aún más difícil de lo esperado. La introducción forzada de Rajon en un ecosistema adverso mejoró el rendimiento defensivo de la tropa, pero la fluidez ofensiva que llevaba un par de cursos asombrando a la liga se desplomó sin remedio. Los porcentajes en el tiro de Monta Ellis bajaron de manera alarmante hasta un 47% de acierto real después del All Star, y nos cansaríamos de ver como el hombre encargado de defender a Rajon abandonaba su asignación en cuanto éste se alejaba del aro, para doblar sin miramientos la defensa sobre Monta y dificultar sus letales aventuras hacia el aro. El récord del equipo pasó de las 19 victorias y 8 derrotas pre-traspaso a 31 y 24 después. Pero no toda la esperanza estaba perdida, ante la inminente llegada de las series por el título y el consabido aumento de nivel en postemporada que se había convertido en una de las señas de identidad de la carrera del recién llegado.

Los milagrosos Houston Rockets (agarrados a un monumental Harden, como única vía para superar todas las bajas y acabar aupados a la segunda posición de la conferencia) serían los rivales en 1ª ronda, con los veteranos Jason Terry y Pablo Prigioni copando la rotación de pointguards de McHale (ante la lesión de Patrick Beverly). Todos sabemos que el timón de las operaciones ofensivas del vecino tejano pertenece únicamente y exclusivamente a Harden, ya sea creando para sí mismo o dejando a sus compañeros en ventaja para alojar la pelota naranja en el aro rival, pero se abría la posibilidad de que Rondo se mostrara agresivo en ataque contra la mediocridad defensiva de Terry y la veteranía excesiva del cacique argentino. Era la última oportunidad para rentabilizar la arriesgada apuesta.

Al cierre de estas líneas Dallas viajaba a casa 2-0 abajo en la serie y, salvo el flashazo brillante acaecido en el 2º cuarto del duelo inaugural (11 puntos anotados, de sus 15 totales), Rajon nunca ha logrado erigirse en un factor. En el segundo partido (derrota 111-99, abrumados por la carga de un imponente Dwight Howard) el integrante de los Celtics campeones de 2008 logró desquiciar a su entrenador, que se olvidó de él ya en los primeros minutos del tercer cuarto para entregar las riendas a Barea (y a Felton) durante el resto del duelo. 10 míseros minutos resueltos con 4 puntos, 1 asistencia y 4 faltas personales. Los Rockets no están precisando del mejor Harden (paupérrimo 5/17 en tiros de campo durante la segunda cita) para ventilar la serie, les basta con explotar las debilidades defensivas de Dirk Nowitzki (agravadas aún más con la edad) sin piedad y aprovechar el buen trabajo de Howard y de Smith & Brewer desde el banquillo.

Adrian Wojnarowski filtraba hace unos meses el contenido de una conversación entre Rondo y Carlisle, tras el enésimo banquillazo sufrido por el base en el último cuarto de un partido de regular season. "¿Por qué demonios me has traído aquí?", inquirió el playmaker a su coach. La evidencia se confirma día a día, Rajon es el hombre equivocado en el lugar equivocado.

Entendimiento imposible. Fuente: nba.com



Demolition men

El tiempo transcurrido desde aquel primer enfrentamiento entre Lebron y Duncan durante las finales de 2007 ha grabado en nuestra memoria reminiscencias de dominación absoluta de los Spurs sobre unos Cavaliers que no estaban preparados para competir, impotentes ante su brutal dependencia del chaval de Akron. Es verdad que la tropa de Popovich solventó aquella serie por la vía rápida (4-0), pero no lo es menos que la diferencia media de aquellos partidos se situó en los 6 puntos. 

Ayer San Antonio vengaba su derrota en las pasadas finales, completando un ejercicio de demolición brutal sobre unos Miami Heat que disputaban su 4ª final consecutiva de la NBA. Las 4 victorias de los tejanos (2 de ellas en Florida) se han saldado con una diferencia media de 18 puntos. Salvaje.

El 5º partido no tuvo demasiada historia. Agotados los intentos iniciales de Lebron (17 puntos en el primer cuarto de los 29 de Miami), Leonard y el banquillo de los locales (36 puntos anotarían entre Ginóbili y Mills) aparecieron para otorgar 7 puntos de ventaja al descanso. Tony Parker (con The King encargado de su defensa durante buena parte del duelo) no había estrenado aún su casillero anotador, otra pésima noticia para los visitantes: el EQUIPO por excelencia de nuestro juego (25.4 asistencias de media en los 5 partidos) superaba el mal inicio de su estrella refugiándose una vez más en el colectivo.

James volvía a encontrarse solo (7/25 es el acierto acumulado de Wade en sus tiros de campo de los dos últimos duelos), recordando aquella etapa en los Cavs, y el ataque de Spolestra sería capaz de producir únicamente 29 puntos entre el segundo (11) y el tercer cuarto. Muy poco ante la maestría ofensiva de los Spurs. El frenético arranque triplista de Patty Mills dejaría la cosa vista para sentencia ya al final del tercer cuarto (19 puntos de ventaja).


Patty Mills from downtown!!! Fuente: espn.go.com


Lo había avisado Popovich durante las previas, por si no había quedado suficientemente claro en estos 17 años: los integrantes de este equipo inmortal tienen que dejar sus egos aparcados antes de entrar en el vestuario de Gregg. Las distinciones individuales no tienen mayor importancia, la gloria colectiva es el objetivo único. Con todo, Kawhi Leonard (23.6 puntos, 9.3 rebotes y 2 tapones de media en los 3 últimos partidos de la final) se convirtió en el MVP más joven desde Magic Johnson en los ochenta. 

Tim Duncan y su coach culminan la aventura que iniciaron juntos en 1997. Ya pueden presumir de una mano llena con las joyas más brillantes del basket mundial. No lo harán...

El mate de Manu, imagen de la superioridad local. Fuente: nba.com




Home alone

Los Heat necesitaban igualar la serie en casa, recuperar la confianza tras el tornado tejano que asoló el American Airlines durante la primera parte del tercer partido. Llegó la hora de la batalla y el ejército de Popovich se presentó al completo, en perfecto estado de revista. Por los locales, únicamente Lebron James estuvo a la altura de las circunstancias. Encarnando el papel de aquel puñetero Macaulay Culkin, The King trataría de sobreponerse a la invasión de los San Antonio Spurs. En solitario... Sin éxito.

13 jugadores gozaron de algún minuto de juego en el equipo del Álamo, los 13 acabaron con algún punto en el zurrón. Los ataques del equipo de Spolestra se limitaban al bote tras bote del jugador en posesión del balón, mientras la naranja volaba libre en la ofensiva de los Spurs, para acabar aterrizando siempre en el compañero con mejor posición. La agresividad de Leonard y la extraordinaria visión de juego de Diaw daban a San Antonio ventaja de nuevo al final del 1er cuarto (26-17), tónica general en estas finales.



Kawhi encuentra el camino. Fuente: nba.com



A la fiesta de Diaw se uniría Splitter, de nuevo diferencial distribuyendo el balón tanto desde el poste alto como desde el bajo. La sociedad internacional entre el pívot brasileño y Patty Mills (con 14 puntos acabaría el australiano) continuaba con la labor de demolición, dejando la renta al descanso en 19 puntos. 

De emocionante debe calificarse el esfuerzo de Lebron en el tercer periodo. Enfilando el borde del precipicio, el Juggernaut de Akron mostró su lado más arrollador con 19 puntos en esos 12 minutos. Sus compañeros aportarían la pírrica cantidad de 2 puntos a la causa, mientras la fluidez de San Antonio se mantenía vigente y Leonard acaparaba rebotes como un poseso (14 en total). No había partido, James estaba solo en casa (10 puntos con 3/13 tiros de campo en la tarjeta final de Wade, 12 con 5/11 en la de Bosh).

25 asistencias por partido, segunda victoria consecutiva a domicilio por más de 15 puntos de diferencia: números que hablan de la exhibición de baloncesto que la legión de cuatreros inmortales está regalando al mundo. Tenemos primera bola de partido, y llega mucho antes de lo previsto.


Los súbditos abandonan a su rey. Fuente: nba.com


La cima estética de una era

Los San Antonio Spurs llevan 17 temporadas consecutivas acumulando índices de victorias superiores al 60% de los partidos de regular season, han derrotado al tiempo para mantenerse en la élite de una liga que ha ido cambiando de protagonistas y reglamentación en ese mismo intervalo. Duncan y Popovich iniciaron el camino juntos en 1997 y mantienen el estandarte en pleno 2014, batallando frente al jugador más dominante de la nueva era. Ayer, en el tercer partido de la final, el mundo del baloncesto asistió maravillado a la cima estética de los más de tres lustros de lecciones impartidas por los Spurs: una primera mitad para guardar a buen recaudo, bajo llave en nuestra memoria.

Movimiento constante de las piezas, circulación frenética de balón, incontables amenazas fruto de una apuesta ferviente por el juego coral: el engranaje ofensivo con el que Popovich lleva 7 años combatiendo los efectos del paso del tiempo en sus pilares, elevado a la enésima potencia. Miami volvía a casa tras hacerse con el factor cancha en Texas, y el huracán invocado por el rival acabó arrasándolos en esos dos primeros cuartos. El dúo Leonard - Green aunaba intensidad defensiva (destacadísimo el escolta a la hora de robar balones, la mayor parte de ellos a un atónito Wade) con un acierto en ataque más propio de un videojuego: 31 puntos con un 100% de acierto en tiros de campo registraba la pareja a 8 minutos del receso. Lebron trataba de hacer frente a la marabunta (con la ayuda de un Lewis de nuevo certero desde la línea de 3), pero las amenazas frente a él se multiplicaban hasta el infinito: la inteligencia y visión de juego de Diaw, la efervescencia de Mills, el impacto interior de Duncan y Splitter, el liderazgo de Parker y Ginobili... Todo ello supeditado a las acometidas de Kawhi y Danny. 41 puntos anotados por San Antonio en los primeros 12 minutos, 71-50 el resultado al descanso. 75.8% de acierto en tiros de campo (mejor registro de la historia de las finales en la primera mitad).


El despliegue de Green, clave en una gloriosa primera mitad. Fuente: nba.com

Miami encontró su defensa tras el paso por los vestuarios, y con ella la manera de reengancharse al partido. Liderados por un Wade que llega en su mejor forma posible a estas finales (mérito indudable de la monitorización de minutos confeccionada por Spoelstra durante todo el curso), los Heat lograrían acercarse hasta los 7 puntos a 2 minutos para el final del tercer cuarto. Las alarmas encendidas desde su banquillo despertaron a la tropa visitante, llegando la respuesta de nuevo desde las manos (y piernas) de Leonard (29 puntos con 10/13 en tiros de campo en el cómputo global) y Green. Arreón final para ajusticiar a unos Heat exhaustos mentalmente tras el intento de remontada a la desesperada y victoria contundente para San Antonio. 111-92. Los cuatreros de Popovich recuperan el control de la final.


Kawhi acaudilla la carga. Fuente: espn.go.com



El Rey y el vilipendiado toman Texas

The King is in da house. Fuente: espn.go.com

Desde que James y Bosh unieran sus talentos al de Wade en South Beach, Miami no sabe lo que es un 2-0 en contra en una serie de playoffs. Ayer se enfrentaban de nuevo a esa posibilidad, ante unos Spurs en busca de construir una red de seguridad con la que viajar a Florida. 

El primer cuarto replicaría sensaciones vividas en el duelo inaugural. De nuevo puesta en escena superior de San Antonio, con un fantástico juego entre pívots (quedando patente una vez más el talento pasador de Splitter desde el poste) y Duncan en el papel de ejecutor (11 puntos). Lebron aparecía poseído por la ansiedad, cargando una y otra vez contra los defensores rivales sin éxito y acumulando fallos en el tiro y pérdidas de balón. 19-26 el marcador al cierre del primer acto.

La ventaja para la tropa de Popovich llegaría hasta los 11 puntos (19-30), momento elegido por Miami para incrementar la intensidad defensiva (con el ingreso de Birdman Andersen en pista) y entregarse a las imparables penetraciones de Lebron en ataque. Reverso tras reverso, The King construiría un parcial 9-0 favorable a los visitantes. La réplica al omnipresente #6 llegaría desde el talento Manudona, hasta que una polémica falta sobre Wade (su 3ª) le sacara del partido. Parker tomaría su relevo, para dejar el duelo empatado al descanso. 43-43.

La circulación de balón de los Spurs posibilitaría a Leonard abrir con 2 triples la segunda parte. El acierto de Kawhi y el dominio del rebote ofensivo de Duncan (que igualaba a Magic Johnson en lo más alto de la clasificación histórica de dobles-dobles en los playoffs, con 157) amenazaban al equipo de Spoelstra, entregado sin remisión a los brazos del mejor jugador de la NBA. 8 puntos en 51 segundos, todos desde lanzamientos de media y larga distancia, 14 totales en el tercer cuarto: James volvía a aparecer para salvar a los vigentes campeones. El agarrotamiento en ataque de San Antonio encontraría solución en un acertado Patty Mills, para llegar a los minutos decisivos con todo por decidirse tras un bellísimo tercer periodo (34-35 el marcador parcial de esos 12 minutos).

Y sería llegado el momento del todo o nada cuando el vilipendiado entraría en escena. La tercera pata del Big Three, la estrella que asumió desde el principio el rol más secundario (acorde a sus niveles de talento individual, por otra parte) y que se ha ido alejando más y más de la pintura con el paso de los años, entre necesidades tácticas y falta de agresividad propia, mostró su versión más incisiva. Chris Bosh se unía a James y al resucitado Rashard Lewis, en batalla contra Green y un Tony Parker acertado desde la línea de 3. Precisamente un triple del playmaker francés colocaba 92-93 arriba a los Spurs a 2:25 del final, en la que sería última ventaja de los tejanos. La fantástica lectura de Lebron, encontrando a Bosh liberado en la esquina, clavaba 3 puntos en el corazón de San Antonio. Los errores de Ginobili y el segundo golpe del cinco de emergencia de los Heat, desbordando por velocidad a Duncan para asistir con un enorme pase picado a Wade, cerraban la victoria que igualaba la final. 98-96. 35 puntos + 10 rebotes de The King, 18 puntos del ex de los Raptors, profeta en su estado.


Bosh, letal en los minutos decisivos. Fuente: theshadowleague.com



La ola de calor acaba con los Heat

El AT&T Center tejano recibía a los dos finalistas de la NBA con sorpresa: una avería en el sistema de aire acondicionado del pabellón colocaba la temperatura interna por encima de los 30 grados. Público (con abanicos improvisados poblando el recinto) y sobre todo jugadores tratarían de negociar la inclemencia de la mejor manera posible.

San Antonio aparecía en pista con Splitter y Duncan de inicio, Spoelstra mantenía la apuesta por Rashard Lewis en el quinteto inicial. Pero la verdadera diferencia la marcaría un viejo conocido, capitán general de una de las mayores fortalezas de estos Spurs: su banquillo. La brillante aparición de Ginobili (3 triples convertidos) otorgaba al equipo local ventaja al final del 1er cuarto. 20-26.

Miami necesitaba más en ataque, y los lugartenientes de Lebron darían un paso adelante para responder al desafío. El virtuosismo de Wade en la pintura y la calidad de Bosh desde la media y larga distancia (ante un Tiago con muchos problemas para defender tan lejos de su guarida) igualaban el choque, con Duncan encarnado en martillo pilón (15 puntos en la primera parte) y Diaw dando una nueva clase de inteligencia en la tropa de Popovich. El trabajo defensivo sobre el Juggernaut de Akron cargaba de faltas a Leonard, y la incompetencia propia hacía lo propio con Chalmers. Había partido en El Álamo, y del bueno.


Timmy sigue haciendo historia. Fuente:nba.com

Ya en el tercer cuarto, los problemas de San Antonio en la circulación ofensiva sorprendían a su hinchada y a todo el mundillo baloncestístico. Las pérdidas de balón se acumulaban, y Miami castigaba con fulgurantes transiciones marca de la casa. El poderoso mate de Ray Allen en una de ellas nos hacía viajar en el tiempo hasta aquellos Milwaukee Bucks de otro Big Three, que maravillara a inicios del nuevo siglo. Splitter emergería como inesperado salvavidas de su equipo en este punto, con 9 puntos consecutivos. 


Aún puede volar... Fuente: basket-infos.com

A 7 minutos y medio para el final aparecerían las primeras molestias de Lebron. Con The King en el banco, Wade y Bosh reasumían los galones, pero poco podrían hacer ante la explosión furibunda del pistolero Green. Pese a haber fallado todos sus tiros de campo hasta entonces (0/5), el #4 de los Spurs cogió su fusil para encadenar 3 triples y un mate que dejaban a Miami besando la lona. Los calambres se impondrían al loable intento de James por volver al partido, mientras San Antonio completaba un apoteósico último cuarto (36 puntos totales, 14/16 en tiros de campo). 95-110 el resultado final. Primer asalto para el equipo de un Tim Duncan que se convertía en el tercer jugador desde 1954 (año de incorporación del reloj de posesión) en alcanzar los 20 puntos y 10 rebotes con un 90% de acierto en sus lanzamientos. Los otros dos: Wilt Chamberlain y Bill Russell. Todo dicho.


Calambres Reales. Fuente: nba.com

Regreso al futuro

Junio de 2007: en su cuarta temporada como profesional, un joven Lebron James abre la caja de los sueños del estado de Ohio, liderando a los Cleveland Cavaliers hasta sus primeras (y únicas hasta la fecha) finales de la NBA. En el escalón previo a la gloria aguardaban los San Antonio Spurs de Duncan (31 años), Ginobili (a punto de cumplir los 30), Parker (25) y el estratega Popovich. Equipo curtido ya en mil batallas por aquel entonces, los tejanos explotarían hasta la saciedad el débil lanzamiento exterior del chaval de Akron durante toda la serie, protegiendo su pintura y dejando sin opción alguna al equipo de Mike Brown. 4-0, 4º anillo de la franquicia por la vía rápida, todos ellos con el entrenador y el mítico power-forward en nómina.


Tim consuela a Lebron en el verano de 2007. Fuente: nba4us.com

Junio de 2013: estabilizado ya como el mejor jugador de la NBA, James busca su segundo título de campeón liderando a los Miami Heat del Big Three. Superada una intensa final de conferencia ante los Indiana Pacers (con Wade y Bosh lejos de su mejor forma), de nuevo los eternos San Antonio Spurs se erigen en obstáculo final, repitiendo protagonistas en el bando del Álamo. Duncan (37 años), Ginobili (a punto de cumplir los 36), Parker (31) y el estratega Popovich, acompañados esta vez de un joven jugador en eclosión (Leonard) y un buen elenco de secundarios. El juego fluido y coral de los Spurs pondría contra las cuerdas a la tropa de Spoelstra, salvada por la campana gracias a aquel triple de Ray Allen en el sexto partido. 4-3, 2º anillo para The King y Bosh, 3º para un Dwayne Wade resucitado en las finales.


Lebron consuela a Tim, 6 años después. Fuente. nba.com

Junio de 2014. No por augurado debe regatearse mérito alguno al increíble logro de los Heat: 4ª presencia consecutiva en unas finales, hito que sólo los Celtics de Bill Russell y los Lakers de Magic Johnson habían alcanzado en la historia de la NBA. Pero si enorme es el éxito de Miami, inclasificable es el de San Antonio. A lomos de un ataque ejemplar, con la búsqueda del compañero mejor situado como dogma irrenunciable, el equipo de Popovich continúa formando parte de la élite de la liga, 17 años después. 15 han transcurrido entre la primera final de Duncan (durante el cierre patronal de 1999 y ante los Knicks de Jeff Van Gundy) y la de este curso, 3 lustros en los que el baloncesto ha evolucionado drásticamente en las vertientes física, táctica y de reglamentación. Todo ha cambiado salvo una cosa: Timmy y Pop siguen estando ahí, jugando a algo que poco o nada tiene que ver con aquel estilo que les llevó a su primer anillo.

La brillantez coral del banquillo de San Antonio (el mejor de la liga, 49 puntos de media en la serie ante Oklahoma) frente a las apariciones de secundarios como Allen, Andersen o Lewis en Miami. La fenomenal defensa sobre líneas de pase organizada por Spoelstra (clave tanto para proteger su debilidad en la pintura como para activar sus fulgurantes transiciones) contra la versatilidad del libreto de Popovich (aprovechamiento máximo de sus recursos para hacer daño por dentro y por fuera, según le convenga). Parker y Duncan frente a James y Bosh. Manudona y Wade, mucho más frescos de piernas que hace 12 meses, como X-Factors de ambas escuadras. El pujante Leonard castigando al rival en su campo y tratando de contener al juggernaut de Akron en el propio...


Kawhi: la nueva guardia tejana. Fuente: sbnation.com

Con el recuerdo de la espectacular final de 2013 aún vivo, la espera hasta el jueves se nos hará interminable a todos los locos de este deporte. Duncan clama venganza, y nosotros BALONCESTO.








Un demonio contra el academicismo

El retorno de Ibaka en el tercer partido de la serie cargó de electricidad y confianza el Chesapeake Energy Arena. La mera presencia del congoleño reactivó al equipo, negando a los visitantes esa montonera de canastas a menos de 4 metros del aro que se apuntaron con extrema facilidad en los dos duelos anteriores. Esa imagen de Serge abandonando la cancha con los brazos en alto, señalando al cielo del pabellón entre los vítores de aficionados y compañeros, lanzaba un mensaje claro: en contra de lo que todos pensábamos, los Thunder no estaban muertos.

En el subconsciente de San Antonio comenzaba a aparecer, asomando la cabeza desde una esquina lejana, el recuerdo de los playoffs de 2012. Entonces, y también en las finales del Salvaje Oeste, unos arrolladores Spurs se colocaron 2-0 arriba ante la tropa de Durant, para acabar perdiendo las 4 citas siguientes y con ellas su billete a las finales. Preguntado sobre este punto, Steve Kerr (flamante nuevo entrenador de los Golden State Warriors) puntualizaba que ambos contendientes habían cambiado mucho desde entonces, a mejor en el caso de los tejanos. De nuevo casi todos (fuera de Oklahoma City, al menos) pensábamos lo mismo. De nuevo nuestro maravilloso juego ha volatizado los esquemas.


Watch out, Tony!!. Fuente: nba.com

Hace unos días se golpeó duramente a Scottie Brooks desde estas líneas, y servidor no se va a tapar a estas alturas. Es cierto que el coach de Oklahoma llevó a cabo (tarde) los ajustes que se barruntaban: Jackson en el quinteto y Sefolosha fuera de la rotación (de forma fulminante). Pero no es menos cierto que, por el lado de los banquillos (tanto en la parte trajeada como en la parte de corto), los Thunder están en clarísima desventaja. San Antonio llegó a la velada de ayer con el plan de arrancar de raíz el subidón anímico de su rival, desde su académico flujo ofensivo. Pero se encontró con un demonio incontenible que pasó por encima de sus aspiraciones...

Desde el inicio hasta el final, Westbrook colapsó a los Spurs con su agresividad ofensiva (yéndose hacia el aro a la mínima oportunidad, 14/14 en tiros libres) y defensiva (5 robos de balón). El funcionamiento óptimo de un ataque arcaico y simplista como el de la tropa de Brooks llega cuando su point guard ataca al rival (alocadamente o no), oxigenando el engranaje y facilitando las cosas a Durant e Ibaka. Los 40 puntos, 5 rebotes, 10 asistencias y 5 robos de Russ son guarismos que no se veían a estas alturas de competición desde 1989, firmados entonces por un tal Michael Jordan. 71 tantos totales producidos por el dúo estelar de OKC.


El demonio se viste de blanco. Fuente: thescore.com

La frustración de Duncan era la de todos los Spurs. Pese al tímido acercamiento del último cuarto (tras manejar desventajas de hasta 27 puntos, y gracias al buen hacer de Diaw y de elementos terciarios como Joseph), los de Popovich nunca tuvieron opciones reales. 

Una serie que vuelve a la vida inesperadamente, y que viaja de nuevo a Texas para regalarnos un trascendental 5º partido. Mortal de necesidad.


It´s a trap!!

La impotencia reflejada en el rostro de Scottie Brooks en cada entrevista a pie de pista durante la final de conferencia es la imagen de la eliminatoria. La ausencia de Serge Ibaka es una desventaja grande para los Oklahoma City Thunder, pero su verdadero problema está cada noche esperándolos al otro lado de la pista: los San Antonio Spurs y su entrenador son, simplemente, demasiado para ellos.


Tough times, Scottie. Fuente: nba.com

El librillo táctico del que fuera base de Sixers, Wolves, Rockets, Mavs, Knicks y Cavs parece haber llegado al límite. Popovich olió la sangre como el tiburón trajeado que es, y desató su furia sobre la pintura de OKC. Resultado: de los 234 puntos anotados por el equipo en los dos partidos disputados, 120 llegaron desde dentro de la zona rival (con aciertos de videojuego como el 33/49 en tiros de campo con el que se produjeron los 66 tantos del primer partido). Su rival en el banquillo trató de ajustar esa sangría brutal juntando a 2 de sus 3 interiores en la cancha. La reacción del rival: iniciar el bombardeo desde la línea de 3 puntos (7/10 triples de Danny Green en el segundo duelo). Explotación académica de la debilidad del adversario desde un ataque basado en alcanzar la mejor circulación de balón posible. It´s a trap!!!


¿Y si cerramos la zona?. It´s a trap!!!. 

¿Quinteto pequeño con Durant en el puesto de power forward?, ¿reforzar la zona con 2 pívots?, ¿dar entrada a Reggie Jackson entre los titulares, sacrificando a un Sefolosha inoperante tanto en ataque como en defensa (aún sin anotar en la serie)?. Las dudas se agolpan en la cabeza de Brooks, sin saber si será capaz de hallar alguna solución válida en su chistera estratégica. La manta no alcanzará a los Thunder para tapar pies y cabeza: salir con el dúo Perkins-Collison incrementaría la dureza por dentro, pero haría ciertamente complicado seguir el ritmo de anotación de San Antonio. Apostar por un equipo con más munición ofensiva dejaría de nuevo la pintura resguardada, a merced de Parker, Duncan, Leonard y cía.

Con la losa terrible de la paliza recibida en el segundo partido (la mayor encajada en unas finales de conferencia desde el año 2001, sufrida precisamente por los Spurs ante los Lakers de Shaq, Kobe y el Maestro Zen), Oklahoma tratará de levantar la cabeza y apuntarse la victoria en casa. Sabiendo, también ellos, que su destino está en manos de un camaleón táctico llamado Gregg Popovich.


Circula, maldita

Los Spurs llegaban a las finales del Wild West con un balance ante su rival en temporada regular (4-0 en contra) que preocuparía a cualquier otra organización deportiva del planeta. Pero dos factores actúan como relajante positivo sobre esa posible preocupación: la lesión de Ibaka (4 tapones de media en esos 4 partidos) y las hechuras de la tropa. Frente al MVP de la NBA y a su explosivo playmaker-lugarteniente, San Antonio se parapeta en su académica forma de entender este juego, con la circulación de balón como mantra. 

Popovich olfateó la oportunidad que presentaban estos Thunder sin el gólem congoleño en liza, y ordenó a sus chicos asediar la pintura de Oklahoma. Resultado: 66 puntos anotados dentro de la zona, producto de las cargas continuas de Duncan, Parker, Leonard y cía. De nuevo un segundo cuarto explosivo de 37 puntos (recordemos que en la serie ante los Blazers el equipo promedió 33 en los segundo periodos, imponiéndose en todos los del cruce), aderezado con una inteligente defensa coral en el tercero, cuando los Thunder lograron acercarse en el electrónico empujados por la carga furibunda de Westbrook.


El rectificado de Kawhi: detalle para gourmets. Fuente: projectspurs.com

122 puntos totales, 57.5% de acierto en tiros de campo y 52.9% desde la línea de 3 puntos. La pelota naranja pasando de mano en mano con precisión quirúrgica, todos los integrantes del colectivo con licencia para levantarse en situaciones de tiro óptimas, generadas por el engranaje ofensivo. 

Y, frente a los veteranos cuatreros, otra forma de entender en baloncesto, basada en sus dos superestrellas. Arcaicas sucesiones de bloqueos/despiste destinadas a que K-D o Russ resuelvan, estén o no en superioridad. La ausencia de Serge multiplica la responsabilidad defensiva en la pintura de un Perkins que viene elevando su aportación en la jungla de los playoffs. Brooks deberá alternar el small ball con las irrupciones de Collison y Adams, sin quitar ojo a la segunda unidad de Popovich, la mejor de toda la liga. Todo ello con una máxima: que Westbrook haga trabajar a Parker lo máximo posible.


Atacar a Parker: consigna para Russ. Fuente: nba.com

Toca gozar de la segunda batalla, esta misma noche en El Álamo. Y la sufrida pelota naranja ya sabe lo que la espera... ¡Circula, maldita!. 


La batalla que vuelve

Semifinales de conferencia en 2012, finales de conferencia en 2013 y de nuevo finales de conferencia este año. La historia se repite, con importantes variaciones: esta vez los Indiana Pacers llegan sumidos entre los vaivenes generados por sus problemas de juego y de vestuario, y también con el factor cancha a favor. 

La primera cita del augurado cruce nos dejó a unos Pacers en su mejor nivel ofensivo de estos playoffs: 107 puntos anotados (récord en las series por el título), repitiendo viejas fórmulas ante los 2 veces campeones de la NBA. Con la tropa volcada sobre su juego interior, Hibbert y West torturan libremente el small ball de Spoelstra. Paul George hace gala de su visión de juego para encontrar a los compañeros mejor ubicados, alcanzando de paso una correcta selección de tiro. Hill aguarda apostado en sus zonas favoritas, esperando la oportunidad de lanzamientos liberados de larga distancia. Stephenson se mantiene dentro del sistema, limitando los soliloquios y recuperando su faceta de distribuidor. Resultado: 94 puntos y 21 asistencias (ninguna de ellas regalada por su falso base) del quinteto titular. La rotación acortada deja a Watson y a Scola como los únicos secundarios con cierto protagonismo.

Bosh sufre ante la carga de Hibbert. Fuente: timesunion.com

En defensa Paul George se basa en una mezcla de rapidez de manos y anticipación para tratar de incomodar a Lebron, sabedor de que nada podrá hacer con el juggernaut de Akron en plena estampida hacia la canasta. Y la integración de Hibbert en los sistemas ofensivos ejerce un feedback positivo a la hora de proteger el aro propio, con el motivado gólem jamaicano intimidando a los asaltantes de South Beach. 


La anticipación: clave en la defensa sobre The King. Fuente: nacion.com


Los Heat únicamente lograron imponerse en el cuarto final, ya con el partido decidido. James y un gran Wade (12/18 en tiros de campos) sólo hallaron ayuda en Allen y "Birdman" Andersen desde el banquillo. Bosh, limitado a una serie de erráticos lanzamientos de media y larga distancia, estuvo muy lejos de ser un factor relevante. Demasiado poco para derrotar a esta versión de los Pacers.

La duda reside en la cara de la tropa de Frank Vogel que veremos en el segundo choque de la serie...



Déjà Vu

Los vigentes campeones se encuentran ya a una victoria de la final del este. En el segundo partido de la serie celebrado en Brooklyn, los Nets vendieron cara la derrota, pero conviene no dejarse llevar por el poderoso aparato propagandístico de la NBA. Desde todas las plataformas a su disposición, la liga pretendió vendernos a estos Nets desde la veteranía diferencial que Paul Pierce y Kevin Garnett arrojarían sobre la mesa a la hora de la verdad, en las series por el título. La realidad es que el ancla del equipo en el enfrentamiento ante los Toronto Raptors, el jugador que mostró un rendimiento óptimo con la regularidad suficiente, fue Joe Johnson. El alero y los fogonazos de talento de un Deron Williams en una cuesta abajo profesional difícil de explicar son las principales fortalezas de la tropa de Jason Kidd. Pierce y Garnett ayudarán en lo que puedan (algo más en el caso del #34, que alterna buenos partidos con otros muy erráticos), pero es evidente que ya no están para liderar en la jungla de los playoffs. 

Ayer The Truth trató de saltar a escena en el último cuarto del duelo, pero la furia desatada del juggernaut de Akron fue demasiado para los Nets. 9 puntos en los últimos 12 minutos, para un total de 49 (igualando su récord en postemporada). 16/24 en tiros de campos, incluyendo 3 triples con un 50% de acierto. Y todo ello con una sola pérdida de balón, hito que no se presenciaba a estas alturas de competición desde 2006 (Dirk Nowitzki). La titánica actuación de Lebron James provocó en muchos de los espectadores una sensación de familiaridad, un déjà vu que nos trasladaba a junio de 2012... 


James valora sus opciones, ante la defensa de Pierce y K-G. Fuente: nba.com

TD Garden. Boston. Los Miami Heat disputan el 6º partido de las finales de conferencia, ante unos Boston Celtics que dominan la serie por 3 victorias a 2. Una derrota, combinada con la acaecida en la final contra los Dallas Mavericks un año antes, hubiera reabierto la Caja de Pandora, con críticas crueles y furibundas sobre el proyecto de South Beach y sobre su líder. Pero Lebron, caprichoso a la manera de los genios más grandes de la historia de nuestro juego, decidió que se jugaría un séptimo partido: sus 45 puntos, 15 rebotes y 5 asistencias (con un 73% de acierto en los tiros) se llevaron por delante tanto a los Orgullosos Verdes como a las dudas perennes en torno a su falta de instinto matador en las citas decisivas. Aquel 8 de junio también Pierce y Garnett presenciaron desde el otro lado de la pista las aplastantes evoluciones de un jugador llamado a dominar la competición con puño de hierro.

Y ayer, con los mismos protagonistas en escena y desde el sofá de nuestra casa, no pudimos evitar esa extraña sensación de haber visto ya aquella película...




This is bigger than us

"I don´t want you to hold me, I don´t want you to pray

This is bigger than us."

White Lies.

Playoffs de 2013. Semifinales de conferencia. Los Oklahoma City Thunder se enfrentan a unos Memphis Grizzlies inasequibles al desaliento, sin Westbrook. El excepcional engranaje defensivo de los de Tennessee se encontró con un solo foco de anotación sobre el que centrar esfuerzos, y limitó a Durant a un 31% de acierto en tiros de campo durante los dos duelos finales de la serie (5/21 en el quinto). La aventura de los Thunder había terminado con un doloroso 4-1 en contra (que bien pudo ser un sweep, si la tropa de Lionel Hollins no hubiera dejado escapar un partido inaugural que tenía dominado). En verdad, la aventura había saltado por los aires en el mismo momento en que lo hizo la rodilla de su base titular.

"I could speak all night about Russell, an emotional guy who would run through a wall for me. There are days when I just want to tackle you, and tell you to snap out of it sometimes, and I know you want to do the same. [...] Just stay the person you are. [...] You make me better."

El fragmento de su discurso de recepción del MVP centrado en Westbrook muestra a las claras lo que K-D aprendió la primavera pasada. Es evidente que el juego de su playmaker y lugarteniente saca de sus casillas al chico bueno de la NBA, pero también lo es que ya sabe dónde acabará sin él a su lado en la pista.

La ambición de Westbrook no encuentra sosiego en su cuerpo de 1.91 metros y 87 kilos de peso. Se siente el mejor jugador de la liga, y como tal entiende que no debe hincar la rodilla ante nadie (incluyendo a su compañero con la zamarra #35). Y es ese carácter, junto a su tremenda explosividad física, el que le ha llevado a la mejor competición de baloncesto del planeta. Russ es errático, acumula decisiones imprudentes y tiros fuera de cualquier selección óptima (38% de acierto en los 9 partidos de postemporada disputados), pero también es un combo guard ultraagresivo que penetra a canasta a la mínima oportunidad, y eso oxigena el sistema ofensivo de los de Scott Brooks. Además ayuda mucho en defensa y supone un poderoso foco de preocupación para la retaguardia rival, pese a las últimas declaraciones de Courtney Lee.


Westbrook ataca a Paul en un partido de la regular season. Fuente: nba.com

En la madrugada de ayer Oklahoma igualaba su serie ante los Clippers ganando 101-112 en casa, con un triple-doble de Westbrook (el tercero que logra en estos playoffs). El anillo es más grande que los egos y las rencillas personales, y Durántula lo sabe. Necesita a Russ.

This is bigger than us.


Colegas a la fuerza. Fuente: espn.go.com



Lucha de gigantes

"Lucha de gigantes, convierte

El aire en gas natural.

Un duelo salvaje advierte

Lo cerca que ando de entrar."

Nacha Pop.

Arranca la segunda de las semifinales del oeste, y lo hace con otro duelo espectacular. 14 años después los Blazers ganaron una ronda de playoffs, mandando de vacaciones al poderoso proyecto de los Houston Rockets de James Harden y Dwight Howard. San Antonio derrotó con un sufrimiento que nadie esperaba (hasta el séptimo partido se alargó la serie) a los Dallas Mavericks de un valiente Monta Ellis. Ahora ambos se encuentran en un serie que promete baloncesto del más alto nivel.

En la pintura (y sus alrededores) los focos se centrarán en dos de los mejores power forwards de los últimos años, dos gigantes llamados a gobernar la serie. Tras la mejor campaña regular de su carrera, LaMarcus Aldrige trituró a la batería interior de los Rockets gracias a su virtuosismo ofensivo. Howard y Asik se mostraron incapaces de salir fuera de la pintura con el dinamismo suficiente para detener al gólem-esteta, Jones acabó en el banquillo ante la diferencia de estatura con LaMarcus. Resultado: 29.8 puntos, 11.2 rebotes y 2.7 tapones como promedios en los 6 partidos, una orgía imparable de lanzamientos de media distancia (47.9% en tiros de campo). Los 89 puntos anotados por Aldridge en las 2 victorias iniciales a domicilio hirieron de muerte a la tropa de Kevin McHale.

Tim Duncan registró altibajos en sus actuaciones ante Dallas, pero su fenomenal partido inaugural (27 puntos) y sendos dobles-dobles en las victorias del 4º y del 5º resultaron claves para remontar la eliminatoria. La leyenda de 38 primaveras sigue siendo un valladar en la defensa debajo del aro, pero podría pasar apuros terribles trabajando sobre el #12 de los Blazers a 5-6 metros del mismo. Habrá que esperar a los emparejamientos que Popovich dibuje en su inmortal pizarra.


Dos titanes se citan por un puesto en la final del oeste. Fuente: nba.com

Más allá del duelo de gigantes, la batalla entre los playmakers de ambos equipos será otro factor clave. Damian Lillard es la otra pata del poderoso ataque de Portland, y el debut en unos playoffs no ha pesado en absoluto al nativo de Oackland. 25.5 puntos, 6.3 rebotes y 6.7 asistencias ha acreditado el chaval de 2º año ante los Rockets, con un letal 48.9% de acierto en triples (incluyendo el logrado sobre la bocina para ajusticiar a los texanos en el 6º partido). La habilidad para armar el brazo desde cualquier distancia y su fiabilidad a la hora de decidir duelos ajustados serán problemas para un Tony Paker que destrozó a los Mavs en el séptimo partido (32 puntos), tras una serie bastante irregular. 


El instinto asesino de Lillard, arma devastadora de los Blazers. Fuente: rantsports.com

Batum, Matthews y Lopez (2.7 tapones, como parte de un excelente trabajo sobre Howard) como secundarios principales por parte de los de Oregón. Ginobili (17.7 puntos, 4.6 asistencias y 2.3 robos ante Dallas), Leonard y Splitter destacando de entre la profunda plantilla de los del Álamo. Dos de los 5 ataques más eficientes de la temporada 2013/2014 frente a frente (107.8 puntos por cada 100 posesiones los Blazers, 107.4 los Spurs), capitaneados por sus dos gigantes interiores. Tomen asiento y disfruten del espectáculo.



Alerta juggernaut

La brutal belleza de estas series de 1ª ronda nos ha dejado innumerables momentos para el recuerdo. Tras la exhibición de Paul George (30 puntos + 11 rebotes), acaudillando a los Pacers para superar a los rebeldes Atlanta Hawks, la emoción del séptimo partido se trasladaba a la costa oeste. Los Clippers aguardaban en Los Ángeles a unos Golden State Warriors que habían logrado alargar la batalla hasta sus últimas consecuencias, pese a su evidente inferioridad en la pintura. Y el partido no defraudaría a nadie...

El espectacular arranque de los de la Bahía (32-22 el parcial del primer cuarto, con 10 puntos de un Draymond Green que atormentaba a los interiores rivales desde la larga distancia) puso en peligro el plan de Doc Rivers. Y la racha ofensiva de la tropa de Jackson llegaría hasta el final de la primera parte, con un salvaje 9/13 en tiros de tres que recordó a aquellos Guerreros Indomables de los playoffs de 2013. Los Clippers necesitaban incrementar exponencialmente el nivel físico del partido, tanto en defensa como en ataque, y esta vez su excepcional base fue capaz de imponer el ritmo que su equipo demandaba.

70 puntos en la segunda parte. Los exteriores (Crawford, Redick, Barnes) a pleno rendimiento, perfectamente alimentados por CP3. Pero serían los todopoderosos juggernauts interiores quienes marcarían el rumbo del partido, apabullando a unos rivales que lo fiaban todo al talento diferencial de Curry. La jugada acaecida a 2 minutos del final (109-110 en el electrónico) resume perfectamente el desequilibrio atlético de la serie: DeAndre Jordan tapona con contundencia la entrada a canasta de Stephen Curry. La bola sale despedida hacia las manos de Crawford, que lanza el contraataque hacia Redick. La galopada finalizaría con un mate de Griffin a pase del escolta, todo ello en 10 segundos.


Tirador cazado. Fuente: sportsspyder.com

Y la tendencia se mantendría en los últimos momentos del cuarto decisivo, con los gólems locales llevándose por delante a Golden State: rebote ofensivo y mate de Jordan; imparable entrada a canasta de Griffin, llevándose por delante a Green y a Harrison Barnes; alley-oop entre los dos gigantes...

La fiabilidad en los tiros libres de J.J Redick haría el resto: victoria 121-126 para los Clippers, con 24 puntos + 6 asistencias de su ala-pívot y 15 puntos + 18 rebotes + 3 tapones de su pívot (14 capturas y 2.5 pinchos de media en los 7 partidos del cruce para el último). La ausencia de Bogut ha acabado resultando fatal para los combativos Warriors, que nos han regalado otra bellísima batalla en esta ronda inaugural con su emotiva resistencia. Una más...


Durant y sus Thunder, siguiente desafío. Fuente: nba.com

 
Al borde del precipicio

No por previsible está siendo menos sorprendente la descomposición de los Indiana Pacers de Frank Vogel. De aquella apisonadora que arrancó el curso con un tremendo récord de 16 victorias y 1 derrota, que aterrorizó a la liga con una defensa inmisericorde comandada por un Hibbert imperial, que puso a Paul George en todas las conversaciones acerca de los candidatos al MVP, queda poco más que las zamarras blancas y amarillas.

Los últimos meses de regular season (10 derrotas en los 18 partidos del mes marzo) humanizaron a unos Pacers que llegaron a perder el liderato de la conferencia tras mantenerse todo el curso en la cima. La llegada de Evan Turner y los problemas de Stephenson (que acaba contrato este verano) con casi cualquier inquilino del vestuario implosionaron la cohesión interna de la tropa, ante la impotencia de Vogel. Con todo, se logró recuperar la 1ª plaza del este, y en la primera ronda de los playoffs aguardaban unos Atlanta Hawks sin su gran estrella (Al Hortford) y con un registro victorias - derrotas por debajo del 50%. 

Pero todos los que esperábamos un incremento instantáneo en la concentración de un equipo que se ha mostrado terriblemente competitivo en las series por el título de un par de años a esta parte, asistimos patidifusos a la lamentable desintegración de un grupo de jugadores que ha perdido su razón de ser, el arma que les llevó a desafiar al mismísimo Lebron James en las últimas finales de conferencia: su brutal engranaje defensivo. La victoria inaugural de los Hawks en el Bankers Life Fieldhouse de Indianápolis, con Jeff Teague irrumpiendo irrumpiendo una y otra vez en la zona local, no encendió las alertas de Paul George y Cía. Su pívot All Star y segundo jugador más votado para el premio a mejor defensor de la liga es ahora una broma de 2.18 metros, que camina por la pista con la cabeza gacha y sin impacto alguno en el juego. Los 17 puntos, 9.9 rebotes y 2 tapones que Hibbert promedió en los 19 duelos de los últimos playoffs se han transformado en 4.8, 3.4 y 0.6 ante Atlanta. 


Gigante de barro. Fuente nba.com

2 victorias (1 en casa y otra fuera) gracias a sendas actuaciones estelares de George (27 puntos, 10 rebotes, 6 asistencias y 4 robos de balón en el segundo encuentro; 24, 10, 5 y 2 tapones en el cuarto), no impidieron que los de Georgia profanaran de nuevo la guarida del segundo mejor equipo en defensa de la liga ayer mismo. Un segundo cuarto infernal (41 - 19 el parcial, construido merced a la diabólica inspiración de Mike Scott desde la línea de 3 puntos) se erigió en losa demasiado pesada, y ahora los Pacers se jugarán la eliminación en el Philips Arena. Las 18 victorias que separaron a ambos equipos durante los 82 partidos de liga regular son ahora una, el todo o nada. Al borde del precipicio...


El tocayo de Steve Carel acribilla a Indy. Fuente: indystar.com


Colgados de Reggie

La batalla sin cuartel en que se ha convertido esta eliminatoria entre Thunder y Grizzlies nos dejó un protagonista inesperado en el segundo partido celebrado en Memphis. Tras un tercer duelo en el que la tropa de Joerger dejó muestras una vez más de su carácter irreductible, sobreponiéndose al arreón final de un alocado Westbrook (que llevó el partido a la prórroga con un tremendo triple + tiro libre adicional) para ganar el partido en el tiempo extra, Oklahoma se jugaba su futuro en estos playoffs el pasado sábado. Y no serían ni Durant ni el impetuoso base los que darían el necesario paso adelante...

Con los Grizzlies desatando su furia en el último cuarto (parcial 28-16), remontando al calor de sus entusiastas seguidores, el temido 3-1 pesaba a plomo sobre las cabezas de los jugadores de Scott Brooks. K-D (infame 5/21 en tiros de campo, anulado una vez más por el titánico trabajo de Tony Allen) y Russell (6/24, además de 7 pérdidas de balón en su tarjeta final) se mostraron superados por las circunstancias, no así Reggie Jackson. 2 espectaculares jugadas personales del base suplente acabarían en triplazo y canasta por elevación, para sumar 5 puntos que igualaban el choque y mandaban el partido a la prórroga. En el debe del #15 de Oklahoma podemos registrar su mala gestión de la última posesión de los primeros 48 minutos, lanzando con demasiada premura tras hacerse con el rebote cuando restaba tiempo suficiente (4.3 segundos) para haberse acercado más a la línea de 3 de los Grizzlies. Pero, por si aún fuera necesario, compensaría con creces ese error en el tiempo extra.

8 puntos con la firma de Reggie en la prórroga, para 32 totales (11/16 en tiros de campo, además de 9 rebotes) que permiten a Oklahoma seguir soñando. El abrazo final de Durant (desfigurado en las citas de Tennessee: 31% de acierto en los tiros, incluyendo un 1/15 en triples) al héroe de la tarde lo dice todo. El MVP y sus huestes superaron el matchball, colgados de Reggie...


2 estrellas salvadas por el gregario. Fuente: veooz.com


Underdog

"Kill me if you dare, hold my head up everywhere

Keep myself right on this train.

I´m the underdog, live my life on a lullaby

Keep myself riding on this train."

Kasabian.

Spurs y Thunder llevaban meses jugando con una espada de Damocles sobre sus cabezas. El trono del Wild West suponía llegar con ventaja de campo a todas y cada una de las series por el título (incluyendo la final), pero otra preocupación ocupaba las cabezas de Popovich y Brooks, centrados en una amenaza que crecía en el estado de Tennessee.

Los Grizzlies sufrieron y mucho durante la ausencia de Marc Gasol. El esguince en la rodilla izquierda del último Defensor del Año llevó al equipo a un récord de 10 victorias y 13 derrotas sin su participación, herida fatal dentro de la ultracompetitiva conferencia oeste. Pero el gigante volvió, y con él los mejores Grizzlies. La 7ª posición final les mediría a Oklahoma en 1ª ronda, con los tejanos respirando aliviados en su fuerte de El Álamo.

La derrota en la segunda ronda de los últimos playoffs (rozando el sweep) no está ni mucho menos olvidada, pero Westbrook no tomó parte en aquella batalla, y a este factor se agarraban los chicos de Scott Brooks. Con el róster al completo (incluyendo el fructífero añadido de un Caron Butler letal desde la línea de 3), 59 victorias acumuladas y el más que probable MVP de la regular season acaudillando a la tropa, una eliminación a las primeras de cambio no se contempla como posible en el despacho de Sam Presti. Pese a que enfrente se encuentre un poderoso oso disfrazado con el traje de underdog.

Poco ha cambiado en estos Grizzlies que tan competitivos se mostraron en los últimos playoffs. La 3ª defensa más eficiente de la liga, con excelentes elementos tanto por fuera (Conley, Allen) como por dentro (Gasol). Un ataque volcado sobre el juego interior, buscando a Randolph al poste bajo y con Marc como dinamizador de la circulación de balón, aprovechando sus privilegiadas visión de juego y capacidad de pase. Déficit acusado de lanzamiento exterior (el equipo que menos triples tira y anota de la NBA), mínimamente corregido por Courtney Lee y Mike Miller. Con estas (ya conocidas) credenciales se presentaban los de Joerger en el Chesapeake Energy Arena.

Tras sufrir horrores durante la primera parte del duelo inaugural (34 pírricos puntos, sin una sola canasta fuera de la pintura y superados dentro por la defensa de un colosal Ibaka), el tercer cuarto devolvió a los visitantes al partido (parcial 31-13, construido desde la defensa y la frenética aportación de Tony Allen) y les empujó a remontar más de 20 puntos de desventaja para acercarse a tan solo 2 de los Thunder. Los problemas de Z-Bo con las personales impidieron culminar el milagro, pero el aviso ya estaba dado. 


Durant tiene una sombra. Fuente: nba.com

Y los Osos no avisarían dos veces. Con su Big Three a pleno rendimiento (25 puntos + 6 rebotes Randolph, 16 puntos + 7 rebotes + 7 asistencias Gasol, 19 puntos + 7 rebotes + 12 asistencias de un Conley cuyas imprecisiones finales a punto estuvieron de costar el partido) y un Tony Allen de nuevo espectacular en su trabajo sobre Durant, Memphis resistió estoicamente varapalos como la jugada de 4 puntos de K-D o esa canasta de Perkins para llevar el duelo a la prórroga (la única del pívot en el partido). Victoria visitante 111-105, factor cancha volatilizado. Zarpazo consumado.


El orgullo de Tennessee. Fuente: espn.go.com

Los Thunder con sus estrellas y su superioridad atlética, los Grizzlies con su poderío en la pintura (106 puntos vs 70 puntos) gracias a su letal pareja interior. Bellísimos partidos los que nos esperan con el traslado de la serie a la ciudad de Elvis, la guarida de este underdog letal...





The King in The South: Part II

Los Spurs lucharon hasta el final, sobreponiéndose a la terrible decepción del 6º partido, pero la carga del juggernaut de Akron resultaría devastadora para las huestes de Popovich. El gran Tim Duncan tuvo su oportunidad: San Antonio leyó a la perfección el desequilibrio a 50 segundos de la conclusión (88-90), con su power-forward defendido al poste por Battier. La circulación de balón acabaría en manos de Timmy, fallando éste tanto el lanzamiento en superioridad como el posterior palmeo . 


Gigante frustrado. Fuente: nba.com


Con el mítico #21 aún rumiando su error, James no dudaría en la opción lejana que, combinada con un robo de balón en la jugada posterior (ejemplo final de su carácter definitivo en ambos lados de la cancha), ajusticiarían a los Spurs. 6 años después, era él quien regalaba palabras de consuelo a la leyenda Duncan en el centro de la pista.

MVP de la temporada regular - Anillo - MVP de las finales - Oro Olímpico - MVP de la temporada regular - Anillo - MVP de las finales. La trayectoria de James los 2 últimos años muestra su dominio aplastante del planeta basket. Estos playoffs han puesto a prueba la capacidad de sufrimiento de unos Heat cavalierizados por momentos: tanto Indiana como San Antonio les llevaron al séptimo partido, Wade no alcanzó su verdadero nivel hasta los últimos duelos (lastrado por los problemas físicos), Bosh se ha mostrado aquejado de una intolerable alergia a la pintura en la mayor parte de las series por el título... la baja forma del supuesto Big Three empujó a James a multiplicarse. Y, tras padecer durante toda la serie la extraordinaria defensa del joven Kawhi Leonard (bastión futuro de los Spurs), los duelos decisivos nos han devuelto al Lebron más avasallador: 32 puntos, 10 rebotes, 11 asistencias y 3 robos de balón en el 6º; 37 puntos (igualando el récord de anotación en un 7º duelo de las finales), 12 rebotes y 2 robos la pasada madrugada. 

El anillo no debería ocultar las sombras de un roster bajo sospecha: la ausencia de puntos de Chris Bosh anoche son el triste epílogo de una no menos triste campaña del power-forward. La terrible irregularidad de Chalmers (capaz de liderar al equipo con 19 puntos en el segundo duelo ante los Spurs, para acumular tan solo 13 puntos en los 3 partidos siguientes, y volver a ser decisivo en el sexto con un fenomenal 4/5 en triples. Una montaña rusa encarnada en point-guard.) aconseja fortalecer el puesto de base, así como oxigenar a los encargados de roles secundarios, muy veteranos en su mayor parte.

Ese trabajo comenzará mañana. Hoy toca festejar para los de florida y lamer las heridas en el caso de los tejanos, a los que debemos agradecer su fenomenal desempeño en estas asombrosas finales, así como su batalla épica contra un enemigo más formidable aún que estos Heat: el paso del tiempo.

El Rey sigue afincado en el Sur.



Toca ampliar la vitrina en casa de los James. Fuente: cbc.ca



Asalto final

"Lesson here, `Bey: You come at the king, you best miss..."

San Antonio tuvo a Miami contra las cuerdas en el apoteósico 6º duelo de esta maravillosa final. Tras un sólido y continuado trabajo grupal (con 30 puntos y 17 rebotes de Duncan, colosal en el primer acto para acabar diluyéndose en la segunda parte), una enorme canasta de Parker y los aciertos de Ginobili desde la línea de libres elevaban un marcador que más bien parecía un tesoro: 94-89 a menos de 28 segundos para el final. Sin embargo, la incapacidad de los visitantes a la hora de cerrar el aro propio en dos jugadas clave (con el error de Leonard en el tiro libre intercalado) desembocó en aquel triple postrero de Ray Allen para forzar la prórroga. Y ahí perdieron los Spurs su gran oportunidad, con el traicionero anillo deslizándose entre sus dedos...


El puñal de Allen, directo al corazón de San Antonio. Fuente: gossiponthis.com

Así pues, el equipo tejano hizo caso omiso de la sentencia con la que abríamos esta entrada, línea de diálogo de la genial serie The Wire (del mítico Omar Little, para más señas). Tuvieron al Rey de la NBA a su merced, y desaprovecharon la ocasión. El 7º partido de hoy es una prueba tremenda para los eternos cuatreros de Popovich, con su capacidad de regeneración mental a examen. De las últimas 17 finales que se marcharon al 7º partido, en 14 ocasiones el equipo de casa se llevó la victoria final. Frente a esta devastadora estadística, los Spurs esgrimen la suya: nunca han perdido 2 partidos seguidos en estos playoffs.

El no va más está a la vuelta de la esquina, el asalto definitivo de una serie que será recordada con el paso del tiempo por sus inolvidables momentos de baloncesto. Y en cada bando aparecen termómetros decisivos, hombres de cuya inspiración bien podría depender la obtención de la joya más preciada del baloncesto mundial. Desde aquí apuntamos hacia la aportación de Wade por un lado y de Ginóbili por el otro, como factores determinantes en el desenlace. 

Si Dwayne ataca el aro, acierta con esos lanzamientos de media distancia que le proponen sus pares y defiende al nivel de las últimas fechas, Miami dará un paso de gigante hacia un lugar el podio, junto a David Stern. Si Manu vuelve a encontrar su ritmo ofensivo y distribuye juego entre sus compañeros, alternando entre los tiradores abiertos y Duncan en  posiciones interiores, los del Álamo incrementarán exponencialmente sus opciones.

Y, pase lo que pase, que nos quiten lo bailao...

Manu vs Dwayne: la final en el alambre. Fuente: sports.cbs.com


Ajustar o morir

La final avanza, y los entrenadores buscan la manera de sorprender al estratega rival, abandonando el guión para generar ventajas competitivas.

El movimiento de Spoelstra se veía venir, dada la inferioridad en la pintura de sus Heat. La participación de Haslem se reducía progresivamente hasta que, en el 4º partido del pasado jueves, el power-forward desapareció de un quinteto inicial en que se colaba un Mike Miller que ha disparado su importancia en la rotación, ganándole la partida a Shane Battier. Equipo menguante ante el que Popovich reaccionó como un resorte, sacando en segundos de la pista a Splitter (cuya falta de efectividad a la hora de recepcionar y finalizar los pases de sus compañeros está empañando un digno trabajo en otras facetas menos visibles). San Antonio competiría frente a la pujanza de Lebron (muy agresivo en ataque) y de un Wade que recordó al de los mejores tiempos, hasta que el Big Three de los Heat (85 puntos + 30 rebotes) acabó ajusticiándoles en el último cuarto. Misión imposible para los tejanos la de ganar 3 partidos consecutivos como local, en un formato de final que penaliza aún más al equipo sin ventaja de campo. El último duelo en el Álamo se antojaba fundamental...


Taponar a Splitter, deporte de moda en South Beach. Fuente: sbnation.com


Y los Spurs respondieron al reto. Ya sin Tiago en el starting five, Pop apostaba por un Ginobili errático en el tiro durante todos los playoffs, para acompañar a Parker, Green, Leonard y Duncan. Y el partido del gran Manudona sobrepasó las expectativas de su entrenador, siendo clave tanto en la distribución de balón (aspecto en el que ha aportado con consistencia en las eliminatorias por el título) como en la faceta puramente anotadora: 24 puntos y 10 asistencias del argentino, imparable para sus pares, y 107 puntos totales del quinteto de San Antonio. Demasiado para unos Heat con sus dos estrellas en un modo más humanizado (18/44 en tiros para James & Wade), y con Ray Allen dando la réplica desde la larga distancia al infalible Danny Green (25 triples convertidos en los 5 partidos de la final, con un 65.8% de acierto más propio de un videojuego).

La final vuelve a South Beach, con los Spurs 3-2 arriba y una interesante estadística que podría arrojar luz a las 2 batallas finales: ninguno de los dos equipos ha perdido 2 partidos seguidos en estos POs. Show must go on.

Manu salta a escena. Fuente: denverpost.com



Los Otros

Danny Green fue cortado hasta en dos ocasiones durante su campaña rookie en los Cavs de Lebron James. Ningún entendido veía en él un jugador importante para la rotación de un equipo NBA, hasta que Popovich comenzó a trabajar con él. Hoy, tras dos interesantes temporadas en los Spurs, Green se ha consolidado como un valioso recurso dentro del juego colectivo de los tejanos, y en las finales está asombrando al gran público con sus certeros lanzamientos desde la larga distancia (16 triples anotados, con un 69.6% de acierto más propio de un videojuego). Consumido el tercer duelo, Green ha anotado más puntos en la serie definitiva que Lebron James.

Kawhi Leonard es una apuesta personal de Pop, que detectó en él ese talento diferencial sobre el que construir el futuro de los Spurs (ante la previsible retirada a corto plazo de mitos como Duncan o Ginobili). La negociación con los Pacers (asegurando que la franquicia de Indiana escogiera al jugador con su elección nº15 del draft de 2011, y ofreciéndoles a cambio a otro de la total confianza de Gregg: George Hill) no resultó fácil, pero el chaval acabó aterrizando en el Álamo. Tras una inmejorable gestión del coach, aumentando su importancia en el equipo gradualmente, Leonard viene completando unos impecables playoffs en su campaña sophomore, y en las finales está realizando un extraordinario trabajo en defensa sobre Lebron James (38.9% en tiros de campo del Rey ante San Antonio), complementado con su labor habitual en materia reboteadora (12 capturas de promedio en los 3 partidos, 8.7 en el total de los POs).



Una sombra para un rey. Fuente: miamiherald.com


El impacto de estos dos jugadores junto con Gary Neal (otro recurso que Popovich se sacó de la manga en su día, dando confianza a un tipo que se vio obligado a hacer carrera en nuestra liga ACB) originó el huracán que se llevó por delante a los Heat en el tercer duelo (77-113). 52 rebotes, 29 asistencias y 10 robos de balón, números que demuestran la fuerza de un equipo fantásticamente entrenado, capaz de sobreponerse a un mal día de sus líderes.

Spolestra y su tropa entre la espada y la pared, obligados a ganar en Texas para evitar un terrorífico 3-1 en contra. Y no bastará con trabajar sobre Parker, Duncan o Manu: los Otros tendrán mucho que decir.


 El pistolero acribilla a los chicos de South Beach. Fuente: elmundo.es

 


La final se traslada al Álamo

Consumidos los dos primeros capítulos de la batalla final por el anillo, los contendientes hacen las maletas rumbo a Texas, con regusto amargo en ambos casos.

El primer duelo confirmó la naturaleza de los eternos Spurs de Popovich: una escuadra académica tanto en fase defensiva como en la ofensiva, inasequible al desaliento. Con una circulación de balón más espesa de lo habitual, y viéndose superados en la batalla por el rebote (en contra de todos los pronósticos), los tejanos lograron minimizar las pérdidas de balón y mantenerse a rueda de Miami, aguardando su oportunidad. Ésta llegaría en los estertores del partido, tras un triple letal de Green y un par de tiros libres de Duncan. Bola en manos de un Parker agobiado por la defensa de los Heat, que acabó tirando de recursos para embocar un lanzamiento circense a décimas del final de la posesión. Factor cancha dinamitado a las primeras de cambio.

La trama cambiaría radicalmente en el segundo acto de la final. Era de esperar que el equipo de Spoelstra ingresara en su pista hambriento, incluso algo presionado ante el amenazante abismo de perder dos partidos consecutivos en casa. El objetivo de San Antonio debiera haber sido mantenerse cerca en el electrónico, jugueteando con la ansiedad creciente de su rival según fueran transcurriendo los minutos, pero el bajísimo acierto ofensivo de sus puntales (5/14 en tiros de campo para Parker, 3/13 para Duncan y 2/6 para Ginobili), salvedad hecha de un letal Danny Green (5/5 en tiros de 3, 6/6 global), saldó la oportunidad con una vergonzante derrota (84-103). El mérito de Miami fue sobreponerse a un partido terrenal de Lebron (lo de Bosh y Wade ya es un hecho asumido), amparándose en su mejor plan: el de hallar a los tiradores en sus esquinas favoritas (10/19 desde la línea de 7.25, 3/3 Mike Miller, 3/5 Ray Allen, 2/4 Mario Chalmers). Precisamente Chalmers se proclamaría héroe por sorpresa, liderando al equipo con 19 puntos y confirmando su mejoría desde la final de conferencia.

Con empate a 1 embarcamos rumbo al Álamo, esa tierra en la que nuestro añorado Andrés Montes buscaba a Lupita todos los años impares...


El brutal tapón de James a Splitter, highlight de la final. Fuente: sports.yahoo.com




¿Qué hay de nuevo, viejo?

Una de las múltiples y maravillosas características del baloncesto NBA es que no suele fallar a la hora de cerrar círculos, en forma de gloriosas trayectorias. En el imaginario de la liga quedaron grabados a fuego momentos como aquellas finales de 1991, en las que Michael Jordan iniciaba su reinado arrebatando la última bala a Magic Johnson y sus crepusculares Lakers del Showtime. La pujanza física acaba imponiéndose a la veteranía tarde o temprano, es solo cuestión de tiempo... salvo que nos encontremos ante una organización mítica, que no ceja en su empeño de derrotar al eterno igualador.

14 de junio de 2007. Tim Duncan y un joven Lebron James se abrazan en el centro de la pista, en la enésima escenificación de una liturgia sagrada en tiempo de playoffs. Ese momento de confidencias puede desarrollarse en dos vertientes: la de la estrella veterana que entrega el testigo al nuevo dominador, o la del dominador que consuela al chico derrotado. Los Cleveland Cavaliers acababan de ser arrollados aquella tarde por los San Antonio Spurs, y el juggernaut de Akron abandonaba sus primeras finales de la NBA con un contundente 4-0 en contra, engullido por la insistencia en su poco fiable lanzamiento exterior. El líder de los Cavs había firmado prodigios extraordinarios durante las eliminatorias de la conferencia este, pero los inclementes cuatreros de Popovich lograron minimizar su impacto, dejando al equipo de Ohio impotente con su cabeza cercenada. "Pronto te volveré a ver por aquí", esas fueron las palabras que Duncan susurró al oído de The Chosen One, promesas de futura grandeza.


Aprendizaje impagable. Fuente: mysanantonio.com


6 años han pasado, y los augurios de Timmy se han cumplido: Spurs y Heat (tras sobrevivir a una terrible serie ante los Pacers) se verán las caras en la final de la NBA. El binomio Tim Duncan-Greg Popovich desafía el paso del tiempo, extendiendo una era gloriosa con 16 temporadas por encima del 60% de victorias en regular season y 5 finales de la NBA (4 ganadas, la quinta a punto de comenzar). 

Al otro lado del cuadrilátero los Miami Heat de Lebron James (lo de Big Three parece ya una broma pesada), en sus terceras finales consecutivas desde la mudanza del poderoso alero a South Beach. Tras sufrir hasta el extremo en la final de conferencia ante Indiana, The King espera que Wade y Bosh estén de vuelta para la batalla del Álamo, recuperando de paso el juego de fulgurantes irrupciones en la zona, con los tiradores apostados en las esquinas aguardando su oportunidad.

El imparable Parker contra los "aseados" playmakers de Miami; Tim Duncan ante la sospechosa batería interior de los de florida; el pujante Kawhi Leonard frente al monumental desafío del juggernaut de Akron; Wade obligado a alcanzar su nivel real, pese a los problemas físicos que le vienen disfrazando de jugador vulgar; los francotiradores de Miami en busca de la puntería perdida; Ginóbili tratando de decidir partidos desde sus numerosas habilidades; la maestría táctica de Popovich ante el hambre de Spoelstra... espectáculo puro desde incontables ángulos.

Y los dorsales #21 y #6 (cambiando el 23 de su última cita en la gran final) de cada escuadra de nuevo en el centro de la pista, con James saludando al mítico power-forward. ¿Qué hay de nuevo viejo?.


The Big Fundamental, motor inagotable de los Spurs campeones. Fuente: nba.com




El poder de la fe

Los todopoderosos Miami Heat, el equipo de las 27 victorias consecutivas en regular season (66 totales), el del capo 4 veces MVP: los vigentes campeones de la NBA en definitiva, han encontrado un previsible escollo en la final de su conferencia. Ese obstáculo se erige frente a Lebron James en forma de grupo fanático, empujado por una poderosa energía motriz: la creencia absoluta en lo que hacen.

Frank Vogel ha construido en sus dos temporadas y media en el cargo unos Pacers sólidos y en constante evolución, asimilando valiosas lecciones que solo la pura competición es capaz de ofrecer. Ni siquiera la interminable lesión de Danny Granger dañó la fiabilidad del equipo, actuando de acelerador natural en el proceso de madurez de jóvenes apuestas como Paul George o Lance Stephenson. 

El caso de George ha asombrado a todos los amantes del baloncesto. Desde la decepción reinante en el momento de su elección durante el draft de 2010 (Indiana pretendía sin disimulo a Gordon Hayward, nacido en el mismo estado y seleccionado en el puesto inmediatamente anterior por los Utah Jazz), Paul ha superado ampliamente las expectativas más optimistas, aprovechando la baja de Granger para erigirse en líder, All Star y Jugador Más Mejorado. Todo de una tacada. 


El coach alecciona a su playmaker. Fuente: bleacherreport.net


El ascenso súbito de Lance Stephenson ha sido mucho más inesperado. Compañero de promoción de George (desde las profundidades del draft), el estatus de leyenda neoyorquina de HS de nada valió a un chaval muy verde en sus primeros pasos como profesional. Tras dos años intrascendentes, sin relevancia en la rotación, Stephenson se ganó un puesto en el back-court titular de Indy, y de ahí no se ha movido en todo el curso. Acabada la temporada regular, la llegada de la primavera y de las eliminatorias por el título han fortalecido la posición de Lance en el roster. Baloncesto rudo, áspero, con la balanza desnivelada del lado de la defensa: ecosistema ideal para la agresividad y potencia física del chico de Brooklyn. El trabajo en busca de un tiro exterior decente queda como tarea prioritaria para los veranos venideros.

Los Pacers creen en el mantra de su joven entrenador: dominar desde su extraordinaria defensa. Creen en su poderío interior como bastión al que agarrarse, tanto a la hora de cerrar su aro como a la de agredir el contrario. Creen en el juego colectivo como disfraz para ocultar sus defectos (gestión de las posesiones, acierto en el tiro exterior y desde la línea de libres) y potenciar sus virtudes (juego en la pintura, dominio del rebote). Ejercicio completo y vigorizador de fe en sí mismos.

El camino les ha vuelto a cruzar con los Heat, que se han topado con un rival mucho más maduro y desafiante que el de la cita de 2012. Los gólems amarillos (22.8 puntos+12 rebotes promedia Hibbert en la serie, por los 18.5+8.5 de West) y las furibundas acometidas (acompañadas de milagrosos lanzamientos desde la larga distancia) de Stephenson durante los minutos cruciales del 4º partido han devuelto el empate a la final del este, con los fieles Hoosiers lamentándose aún por la deficiente defensa de esos segundos finales del primer duelo.

Una maravilloso cruce que retorna a South Beach, con las espadas por todo lo alto y en busca de un rival para los eternos cuatreros de Greg Popovich. Puro baloncesto de la costa este.


La nueva fiebre amarilla, en el estado donde el basket es religión. Fuente: nba.com



El ejecutor de la Pampa

16 temporadas por encima del 60% de victorias en liga regular, una eternidad en clave deportiva. Tim Duncan y Greg Popovich coleccionan cicatrices de guerra, para continuar siendo tan peligrosos como en aquel training camp de 1997, después de seleccionar al gigante de las Islas Vírgenes con el nº1 del draft. Finiquitado el cruce ante ese grupo de soñadores que son los Golden State Warriors (a los que debemos gratitud eterna por inocular ilusión por doquier desde el pasado otoño), los Memphis Grizzlies les esperan en las octavas finales de conferencia de esta triunfal era.

A la vera de Timmy llevan otra eternidad Tony Parker y Manu Ginobili (desde 2001 el primero, un año menos el segundo). Con el playmaker galo al mejor nivel de juego de su carrera, en el escolta argentino si se vienen apreciando señales de deterioro, normales en un jugador cercano a las 36 primaveras, habitual además en la postemporada. El asombroso pacto que Duncan parece haber firmado con el mísmisimo diablo deja a Manudona como la cabeza débil de esa amenazante hidra que forman el big-three de los Spurs, la que el enemigo cuenta con cercenar con mayor facilidad en las batallas ante los del Álamo. Sin embargo, no conviene subestimar el corazón de un campeón...

La serie de Ginobili ante los Warriors arroja datos preocupantes. Las piernas cansadas y el cuerpo castigado tras años de golpes y colisiones son causa y efecto de los porcentajes de acierto del #20, menguantes según avanzan las eliminatorias por el título. Contra los de Oackland, 34.2% en tiros de campo y 27.5% en tiros de 3 puntos, números impropios de nuestro protagonista. Con todo, los tejanos deben 2 de las 4 victorias al genio de Bahía Blanca.

La historia del primer partido de la serie ya la conocemos: un Curry desatado se llevaba por delante a los marines de Popovich, que a duras penas lograban llegar vivos a la segunda prórroga. Parker y Danny Green daban la réplica al pistolero rival, ante el enorme desacierto de un errático Ginobili. Con Golden State 127-126 arriba a falta de 3 segundos, Popovich diseña jugada en el tiempo muerto. Manu no es protagonista en ninguna de las variantes, aunque se mantiene en cancha. El siguiente suceso forma ya parte de la historia de los playoffs...

Leonard en la banda, encargado de poner el balón en juego. La sorpresa del sophomore es mayúscula: con los compañeros destinados a recibir la pelota naranja sobremarcados, Manu alza los brazos desesperadamente, para hacer visible su soledad en el otro lado de la pista. Los Warriors se habían olvidado del argentino, y bien que pagarían tal error. Balón a Emanuel y puñal de 3 puntos directo al corazón de la tropa de Mark Jackson: victoria para los Spurs en el duelo inaugural.

Viajamos en el pasado hasta el 6º partido de la serie, disputado la pasada noche. La inquebrantable fe de los locos de la Bahía les devuelve al partido en el último cuarto, para situarse a sólo 2 puntos de San Antonio a 4 minutos y medio del final. La preocupación se dibuja en el rostro de Duncan, con el temor a un séptimo partido inundando el aire. De nuevo terrible noche de Ginobili en el tiro (1/6), de nuevo paso adelante del ejecutor de la Pampa...

Con Tim en el banquillo, Manudona decide canalizar el juego de los Spurs. Penetrar, dividir y encontrar al compañero libre, talentos para desequilibrar un partido también presentes en su inventario. Parker en la esquina. Bang. Leonard en la esquina. Bang. Rebelión finiquitada.

En nuestro amado juego existen genios capaces de sobreponerse a todo tipo de dificultades individuales y colectivas, artistas que saben venirse arriba y encontrar nuevas vías para finiquitar partidos de la máxima exigencia. San Antonio tiene a uno en nómina, y por eso está en las finales del Wild West. Emanuel David Ginobili lo ha vuelto a hacer.


El depredador estudia a la presa. Fuente: nba.com





Alquimista de sueños

Se consumó la proeza: los Memphis Grizzlies ya esperan rival en las finales del oeste, y la ilusión se ha instalado unas semanas más en la ciudad de Elvis. Ilusión necesaria en una localidad que viene siendo noticia por sus problemas económicos y sus elevados índices de criminalidad.

Esta vez vamos a alejarnos de los protagonistas propiamente dichos (jugadores, cuerpo técnico) para centrarnos en otro de los grandes artífices del que ya es el mejor resultado de la historia de la franquicia. Nos toca subir a la oficina...

"Early on he told me we weren´t going to get good by taking the standard routes, we were going to have to take some risks". Palabras del antiguo propietario Michel Heisley, acerca de su encuentro con Chris Wallace en plena genésis del actual roster de los Grizzlies, allá por el año 2008. Volantazo en busca de senderos peligrosos, alejados de las rutas convencionales.

Desde entonces el GM ha cometido errores (la elección como nº2 del draft del gigante tanzano Thabeet seguramente la más sonora de ellas), pero ha seguido a pies juntillas el camino que en su día trasladó al jefe: decisiones arriesgadas que han dado un gran resultado a la organización. Traspasar a Pau Gasol en su apogeo como jugador (tras tres sweeps en POs, viendo el techo del equipo bajo el mando del de Sant Boi), en una operación gracias a la cual Memphis se haría con los derechos de su hermano Marc. Añadir al polémico y díscolo Zach Randolph como compañero en la pintura del segundo de los Gasol, cuando nadie apostaba un centavo por la rehabilitación como jugador de equipo del talentoso ala-pívot. Renovar con un en apariencia exagerado contrato (45 millones de dólares por 5 años) al base Mike Conley Jr. Fichar al especialista defensivo Tony Allen, que ha multiplicado su importancia y prestaciones en Tennessee. Traspasar a Rudy Gay (ante las presiones de la nueva propiedad, empeñada en rebajar la masa salarial), recibiendo en el cambio al alero Tayshaun Prince, jugador de equipo, excelente defensor y veterano de los playoffs.

Hoy Memphis celebra el que su equipo esté a 4 victorias de la posibilidad de jugar unas finales de la NBA. Y su alquimista trajeado tiene buena parte de culpa...


Wallace escenificando una de sus grandes apuestas. Fuente: espn.go.com



En tierra hostil

Los Knicks han salido escaldados de sus dos visitas a Indianápolis, tal y como era de esperar. Batallar con los problemas propios (lamentable acierto en los lanzamientos desde cualquier distancia) y tratar de robar un partido de uno de los feudos más complicados de la liga (35 victorias - 11 derrotas en el curso 2012/2013) al mismo tiempo es una quimera, y el rocoso equipo de Frank Vogel comanda ya la serie con un autoritario 3-1.

Estos Pacers son un equipo ideado para alcanzar su apogeo en los playoffs, cuando los criterios arbitrales se recrudecen y las defensas sin cuartel encuentran su razón de ser. El récord de 49 victorias en regular season no parecía nada del otro mundo, pero cualquier buen aficionado sabía que la escuadra de Indiana, sobrada de agresividad, tonelaje y capacidad reboteadora, era uno de los rivales más preocupantes de la conferencia. El más peligroso para los intratables Heat en este lado del país.

Los alegres Knicks de la temporada regular (100 puntos por noche, récord histórico de triples convertidos en una campaña) están sufriendo mucho en ataque durante las eliminatorias por el título (87 puntos por partido). La tropa de Woodson sigue cuidando las posesiones (y defendiendo a un buen nivel), pero la circulación de balón es mucho menos fluida y sus principales fuente de anotación han visto desplomarse sus índices de acierto. Carmelo Anthony está por debajo del 40% en sus lanzamientos, y las noticias son aún peores para un J.R Smith (33%) atrapado de nuevo por los encantos de la noche neoyorquina.

Los dos últimos encuentros on the road son una excelente muestra de los problemas anteriormente relatados (arrastrados desde el final de la serie ante Boston): 33.2% de aciertos en tiros de campo (27.3% en tiros de 3) en el primer partido celebrado en el Bankers Life Fieldhouse, 35.6% (28.6%) en el segundo. Añadamos a ello la brutal (y previsible) superioridad de Indiana en la batalla por el rebote y nos quedan unos Knickerbockers en alerta roja, que vuelven a la Gran Manzana con el objetivo de alargar la serie lo máximo posible, bajo el clásico mantra del partido a partido.

Tras abandonar tocado el campo de minas del Hoosier State, Mike Woodson va a necesitar a sus estrellas, a sus desaparecidos secundarios (Kidd -8 partidos consecutivos sin anotar-, Novak) y todo su arsenal de recursos tácticos (el ajuste dirigido a aumentar el tamaño de su quinteto durante el 4º partido fracasó con estrépito) para alargar la vida del equipo. O J.R Smith tendrá tiempo más que de sobra para disfrutar del desenfreno tras el ocaso...


El cañonero tatuado, perdido entre el desacierto y las protestas a los árbitros. Fuente: nypost.com




La hora del Oso

La lesión de Westbrook abría un nuevo panorama en el oeste, y muchos dedos apuntaban a los Grizzlies como legítimo aspirante a colarse en la batalla final por el trono de la conferencia. La remontada ante los fastuosos Clippers de Chris Paul (segunda decepción consecutiva para el antaño hermano pobre de la megalópolis californiana) comenzaba a consolidar la fiabilidad de esas predicciones, y estas semifinales frente a los actuales campeones del Wild West vienen confirmando los augurios: la escuadra de la ciudad de Elvis está a un paso de superar su hito histórico en POs.

La victoria de ayer, tras una prórroga forzada in extremis por un heroico Durant, coloca a Memphis a un solo triunfo de las primeras finales de conferencia de su historia. Con una mejor gestión de esos fatídicos minutos finales del primer encuentro de la serie, el sweep se hubiera completado ya. Los de Lionel Hollins son un equipazo con todas las de la ley, un grupo feroz en defensa, donde todos conocen su papel y son conscientes de la verdadera fortaleza de la escuadra: su diferencial juego interior.

La salida de Rudy Gay rumbo a Toronto parecía debilitar al equipo, pero solo lo parecía. La propiedad veía necesario reducir masa salarial de cara a los años venideros, y se le presentaban dos opciones para ello: el alero o Zach Randolph. 

Decidirse por la salida de Gay ha endurecido aún más al conjunto, elevando su fiabilidad. Tayshaun Prince potencia desde el puesto de 3 el nivel físico y la capacidad reboteadora de la maquinaria Grizz, además de aportar el intangible de su vasta experiencia en postemporada. Y en ataque Conley ha asumido un mayor protagonismo en los sistemas ofensivos, mientras que la mayor parte de cuota ha seguido el camino natural, uno que va directo hacia el corazón de la guarida de los osos...

Gasol y Randolph son la pareja diferenciadora de los Grizzlies, el arma devastadora que, en armonía con su defensa, les convierte en extremadamente peligrosos para cualquier equipo de la NBA. En el cuarto duelo de la serie los dos gólems arrasaron a OKC con 46 puntos, 23 rebotes y 7 tapones (6 firmados por el mejor defensor del año). Marc está promediando 21.75 puntos, 9 rebotes, 3 asistencias y 2.75 tapones en la serie, martirizando a Ibaka con certeros lanzamientos lejanos a los que ni siquiera el prodigio físico congoleño es capaz de llegar. Z-Bo roza el doble-doble (16 puntos + 9.75 rebotes por noche en el cruce), en inmejorable sintonía con el ogro de la barba. Demasiado para un rival limitado a la genialidad de Durant y a las irregulares aportaciones de Martin, Ibaka y un Fisher conocedor del secreto de la eterna juventud. Parece que Westbrook era verdaderamente importante para el Trueno, contrariamente a lo que aseguraba su legión de críticos.


La espada de Damocles juguetea ya sobre la cabeza de Kevin Durant, sostenida por un gigante de Sant Boi...


Gigantes felices. Fuente: sportsworldreport.com






Toro Salvaje

Sin Rose, sin Deng, sin Hinrich... los Bulls se presentaban en el American Airlines como víctima propiciatoria, en plena ceremonia de proclamación de Lebron James como MVP (por cuarta vez) de la NBA. Para los guerreros del gran Thibodeau era el más difícil todavía, tras derrotar a los nuevos Nets en el séptimo partido y en el faraónico Barclays Center.

La densa tela de araña puesta en práctica por coach Tibs (gurú defensivo desde sus tiempos de asistente en los Celtics campeones) fue solo el inicio, la carga final del tipo más pequeño de la liga completaría una gesta impresionante.

Desde sus 1.75 metros Robinson las ha visto de todos los colores, tras asombrar al mundo con sus primeros vuelos sin motor en los New York Knicks. A su salida de la Gran Manzana, los roles residuales en Celtics y Thunder (con descenso continuado de minutos en cancha) parecían confirmar el ocaso de la estrella de Kryptonate, pero la llegada a los desenfadadados Golden State Warriors devolvió al pointguard la sonrisa y la confianza en su juego.

Chicago se fijó en él para paliar la baja de Rose, y Robinson completó una destacada regular season con los de Illinois. Pero el poderoso heredero de esa estirpe de locos-bajitos que tanto asombro han despertado en la historia de la mejor liga del mundo ha multiplicado su rendimiento en plenas eliminatorias por el título, y su partidazo ante los Heat desató el asombro general de todo el planeta.

27 puntos totales, 7 de ellos en el decisivo parcial de 10-0 con el que los Bulls sentenciaron la batalla en los últimos dos minutos (más la asistencia para los otros 3 al italiano Belinelli). Los todopoderosos Heat del Big Three incapaces de frenar las acometidas de un pequeño demonio que les atormentaba una y otra vez, con diabólicos crossovers y tremendos lanzamientos desde la larga distancia. Inasequible al desaliento, inmune al dolor (el brutal choque con James le regalaría 6 puntos de sutura): factor cancha dinamitado a las primeras de cambio (83-96).

Nate "Toro Salvaje" Robinson, uno de los grandes protagonistas de estos Playoffs 2013. 


Nate guía a los toros. Fuente: espn.go.com


Vuelve la batalla eterna

Los Knicks contra Pacers. La gran metrópolis contra las interminables llanuras. La ciudad de los playgrounds contra el estado donde el baloncesto es una religión. 

La gran rivalidad está de vuelta, para recuperar el sabor añejo de esos clásicos noventeros que se alargarían hasta comienzos del S XXI. La agresión de Starks a Reggie en 1993, los apoteósicos 25 puntos de Miller en el último cuarto del 5º partido de 1994 (con venganza posterior de los Knickerbockers, que se colarían en la final de la NBA) y los milagrosos 8 puntos en 18.7 segundos de 1995, la jugada de 4 puntos de Larry Johnson en el 2000 (que no lograría detener el camino de Indiana hacia las finales)... 

Este curso los neoyorquinos han logrado imponerse en una ronda de playoffs por primera vez en 13 años, precisamente desde aquella serie del año 2000. Y en semifinales de conferencia les esperaba su némesis, los rocosos Pacers versión 2012/2013.

Duelo total de estilos: los Knicks del juego exterior (con su colección de bases, escoltas y aleros compartiendo minutos en pista) contra los Pacers del tonelaje en la pintura (Hibbert-West). La movilidad de Carmelo contra los 114 kilos y la fiereza de David (nacida desde su llegada a Indiana). Un Paul George en plena confirmación contra el cañonero sin piedad, nacido en New Jersey y con el #8 a la espalda. Batalla riquísima en matices.

A las primeras de cambio el equipo de Frank Vogel ha sorprendido a la tropa de Mike Woodson, arrebatándola el factor cancha merced a un fantástico esfuerzo coral (6 jugadores anotando al menos 11 puntos, y capturando 14 rebotes más que su rival). Los problemas de acierto en el tiro de Anthony y J.R Smith (14/43 ayer) siguen atormentando a unos Knicks en los que Felton viene multiplicándose desde hace varios partidos para dar la réplica. 

La batalla por los aros está perdida de antemano, pero bien harían los de la Big Apple en recuperar sus señas de identidad (gran circulación de balón en ataque, manos rápidas atrás, J.R atacando con más frecuencia el aro) si no quieren viajar 2-0 abajo a la guarida de los Pacers. 

La batalla eterna está de vuelta, para regocijo de los fans del este...


Melo agobiado por la inclemente defensa de los Pacers. Fuente: foxnews.com



Tempestad en la bahía

El equipo de todos lanza a un lado la máscara victimista, para revelarse contra el poder establecido en un oeste convulso. Los Warriors han aprovechado el calor de un Oracle Arena volcado para sentenciar a los Nuggets de George Karl, y alcanzar la segunda ronda por primera desde que aquellos locos acaudillados por Don Nelson y Baron Davis pusieran patas arriba la liga en 2007.

Se abre un periodo de profunda reflexión en la franquicia de Colorado, que parece haber dejado escapar una oportunidad histórica para hacer ruido de verdad en los playoffs. El proyecto de roster profundo huérfano de divos al más alto nivel ofrece ya síntomas claros de agotamiento, aunque también es cierto que la baja de Gallinari ha golpeado duramente la línea de flotación del equipo. Pero volvamos al leitmotiv de la entrada, a esos fascinantes guerreros de Golden State.

El equipo de Mark Jackson desprende magnetismo, el mismo que emana Stephen Curry al mando de las operaciones. La limpieza del point guard y de Klay Thompson en el tiro exterior, la genial campaña de Jarret Jack (glorioso en su irrupción en el quinteto ante los Nuggets), el impactante novato Harrison Barnes, la peligrosidad de Carl Landry desde el banquillo... los motivos para sentarse y paladear un partido de los Warriors se agolpan como libros en una mesilla de noche. Con todo, la lesión de David Lee había restado mucha credibilidad al equipo: pocos apostaban por ellos como alternativa real en el oeste. Hasta que dos factores han convergido, para voltear esas previsiones. Uno propio y otro ajeno.

Del segundo ya dábamos cuenta en la anterior entrada de esta sección: la baja de Russell Westbrook limita el potencial de Oklahoma, y aumenta el nivel de peligrosidad de los demás aspirantes al trono del oeste, más legítimos cada día desde la salida de escena del explosivo point guard de los Thunder. 

Pero es el factor propio el que ha acelerado la metamorfosis de Golden State en amenaza real, y tiene nombre, apellido, talla y tonelaje: Andrew Bogut, 7 pies, 120 kilos. 

Las lesiones parecen haber otorgado una tregua momentánea al gigante de las antípodas, arrasado por los problemas físicos desde su elección como nº1 del draft de 2005. Llamado a dominar la liga desde aquel lejano momento, muchos pasaron por alto su inclusión en la operación de traspaso de Monta Ellis a los Milwaukee Bucks. La jugada era arriesgada, pero la moneda parece haber caído de cara algunos meses después.

Bogut ha llegado a las eliminatorias por el título en un buen estado físico, para ir aumentado su nivel gradualmente hasta el apoteósico sexto partido de la pasada madrugada. 14 puntos, 21 rebotes (ambos hitos máximos de su exigua trayectoria en los playoffs) y 4 tapones. Una montaña de músculos en movimiento, capaz de agredir el aro de los de Colorado y con el talento necesario para encontrar a los compañeros mejor situados cuando la ocasión lo requiere. Un gólem con potencial para variar el curso de un partido, recurso de incalculable valor en plena Guerra por el Anillo.

Aupados a lomos de su ciclópeo compañero, la pandilla de Curry ya no va de farol...

La furia de Bogut es la alegría de Oackland. Fuente: foxsports.com


El Oeste, más Salvaje que nunca

Los poderosos Thunder en problemas. Los últimos finalistas (y máximos favoritos a repetir desde la pretemporada) tienen encarrilada su eliminatoria frente a los Houston Rockets del hijo pródigo James Harden, pero desde que el menisco de Westbrook dijo basta su posición dominante está más en entredicho que nunca. La ausencia del (en ocasiones infravalorado) base All Star es un duro golpe a la línea de flotación de los de Scott Brooks, tanto en fase ofensiva como en fase defensiva. Esas aceleraciones súbitas que tantos puntos generaban para el equipo de Oklahoma difícilmente volverán a verse en estos playoffs, y será tarea del coach la de repartir con inteligencia el volumen de lanzamientos que asumía Russell. Reajustar para mantener el rumbo.


La baja de Westbrook dinamita el oeste... Fuente: telediario.mx


Paralelamente a la baja del explosivo point guard se viene produciendo un aumento en la aparente ferocidad de enemigos con los que pocos contaban hace unas semanas. Acción-reacción. 

Los eternos Spurs se mantienen en la picota, y dispondrán de un tiempo precioso para el descanso de sus vetustos puntales, tras barrer a unos limitados Lakers. Los Warriors toman ventaja en su fantástica serie ante los Nuggets de George Karl, y se sobreponen a la baja de David Lee gracias al altísimo nivel de su juego exterior y a un Bogut en su mejor nivel físico en mucho tiempo. Y Clippers y Grizzlies batallan con fiereza en otra de las grandes series de primera ronda, con Paul y Griffin sorprendidos ante la furibunda reacción de Gasol, Randolph, Conley y cía.

Las trampas de Popovich, el plantillón reunido en la LOB City, la pareja de gigantes de la ciudad de Elvis, el brillo y encanto de Curry y su pandilla... amenazas todas para el reinado de Durant en el Wild West.


La ferocidad perdida de Bogut vuelve a escena, para complicar aún más una convulsa conferencia. Fuente: nba.com



Gólem prestigioso

Ya es oficial: Marc Gasol es el jugador Defensivo del Año. Por segundo año consecutivo los periodistas priorizan la inteligencia y el impacto en el conjunto sobre las cifras rimbombantes, suceso que llevará a los amantes de las estadísticas puras a poner el grito en el cielo.

La campaña pasada Serge Ibaka se erigió en mejor taponador de la liga, propagando el pánico entre los atacantes rivales con sus vuelos devastadores, pero fue Tyson Chandler quien se acabó llevando el premio. Más allá de que no deja de ser una nominación con la que se puede estar o no de acuerdo, el impacto del pívot califoniano en el entramado defensivo de los Knicks fue brutal, y su magnífico trabajo en ayudas, rebotes (capturados y palmeados) y eficaces cambios defensivos le hicieron dignísimo merecedor de la distinción.

Algo parecido ha ocurrido esta campaña con nuestro compatriota. Ibaka ha vuelto a liderar la estadística de tapones (con Sanders muy cerca de él) y Chris Paul ha destacado de nuevo como el mejor carterista de la liga. Pero los ojos de los expertos se han vuelto hacia uno de los mejores equipo defensivos de la temporada: los rocosos Memphis Grizzlies de Lionel Hollins. Y por el centro de la cueva de los de Tennessee patrulla cada noche el gólem de Sant Boi.

Los 7.8 rebotes y 1.7 tapones por choque de Marc no son dígitos apabullantes, pero es imprescindible contemplar un partido cualquiera de la tropa de la ciudad de Elvis para apreciar la magnitud del desempeño del jugador en fase defensiva. Se podría decir sin miedo a excederse que el pequeño Gasol es uno de los 3 mejores interiores de la liga en el noble y decisivo arte de las ayudas atrás. Apoyos largos e inteligentes, rápidos cambios defensivos para bloquear el paso a los exteriores rivales, liderazgo y comunicación fluida con sus compañeros: la importancia del center en el engranaje defensivo de uno de los equipos más poderosos del oeste es motivo más que suficiente para irrumpir en la lista junto a mitos como Moncrief, Rodman Jordan, Olajuwon, Mutombo, Mourning o Howard entre otros. 

Tras ser All Star, esta campaña toca abrir la vitrina de trofeos individuales de Marc, el gólem prestigioso.


Griffin, acorralado por el Jugador Defensivo del Año. Fuente: nba.com


Comienza la Guerra del Anillo: II

Tras las pinceladas acerca de las eliminatorias del oeste, vamos con el lado este de país, hogar de los vigentes campeones de la NBA.

- Miami Heat vs Milwaukee Bucks: los principales favoritos contra el equipo con peor récord de todos los invitados al baile de postemporada. Dos escuadras en el Wild West se han ido de vacaciones con mejor balance que unos Bucks por debajo del 50% victorias-derrotas. El explosivo dúo Jennings-Ellis tratará de incomodar lo máximo posible a la tropa de un Lebron James imperial una campaña más (26.8 puntos - 56.5% FGs, 8 rebotes y 7.3 asistencias para el Juggernaut de Akron, principal candidato al MVP de nuevo). Ilyasova y Sanders podrían hacer daño por dentro a Miami eventualmente. Pronóstico: 4-0.

- New York Knicks vs Boston Celtics: una de las eliminatorias más atractivas de 1ª ronda, rezumando historia por los cuatro costados. La gran campaña de los Knicks y de Carmelo Anthony (líder anotador de la liga, 28.7 puntos por noche) les ha regalado el factor cancha hasta unas hipotéticas finales de conferencia ante los Heat. Enfrente unos Celtics muy justos en lo físico y mermados tras la lesión de Rondo. El gran final de curso de Jeff Green ha sido una de las escasas noticias positivas de los Orgullosos Verdes, que tratarán de dar la sorpresa liderados una vez más por veteranos Paul Pierce y Kevin Garnett. El estado de forma de Tyson Chandler se antoja fundamental para que los neoyorquinos se ahorren sufrimientos. Pronóstico: 4-1.

- Indiana Pacers vs Atlanta Hawks: todos temen el estilo áspero y granítico de los Pacers en el este, hasta el punto de ser señalados por la crítica especializada como el único equipo capaz de complicar la vida a Miami. Frank Vogel sigue esperando el despertar de un Hibbert amenazante atrás pero muy por debajo de lo esperado en ataque. George, West, Hill y el coloso jamaicano forman un núcleo duro dificíl de abordar para unos Hawks muy irregulares todo el curso, capaces de lo mejor y de lo peor en la misma semana. Misión mortal de necesidad para la pareja Smith-Hortford. Pronóstico. 4-2.

- Brooklyn Nets vs Chicago Bulls: los nuevos y rutilantes Nets cumplen etapas dentro del plan diseñado por el multimillonario ruso Prokhorov, y la mejoría de Deron Williams en los últimos meses de temporada les carga de ilusión de cara a la serie ante los Bulls. El estado de forma del recuperado Noah se antoja clave para los Toros, así como el rendimiento de un Boozer imperial en los meses de marzo y abril. Momento ideal para que C-Booz aparte ese sanbenito de venirse abajo en los playoffs. El trabajo defensivo de Deng sobre Johnson podría ser el arma de Thibbodeau para gripar la ofensiva del equipo de Brooklyn. Pronóstico: 3-4.

Melo vs The Truth, la guerra en las alas. Fuente: nytimes.com


Comienza la Guerra del Anillo

Tras una última jornada cardíaca, sobre todo en el oeste (con Lakers y Jazz peleando por un billete para la postemporada hasta el final), ya tenemos definidos los cruces en ambas conferencias. Comencemos fijando el foco en el Wild West...

- Oklahoma City Thunder vs Houston Rockets: Beardmania regresa a casa, en la más que probable función postrera de su asombrosa campaña. 25.9 puntos, 4.9 rebotes, 5.8 asistencias y 1.9 robos ha promediado Harden, liderando a unos anotadores Rockets que vieron como los Lakers les levantaban la séptima plaza in-extremis. Pocas opciones a priori para los tejanos ante Durant, Westbrook (51.3 puntos de media entre los dos) y cía. Acomódense en sus asientos para presenciar el ejercicio de canibalismo de Russell sobre Jeremy Lin. Pronóstico: 4-1.

- San Antonio Spurs vs Los Ángeles Lakers: el accidentado curso de los de púrpura y oro (plaga de lesiones, cambio de entrenador, rumbo caótico) les acabó llevando a las eliminatorias por el título, tras muchos sufrimientos y la escenificación de un drama diario. Allí aguardan los eternos Spurs de Popovich, modélicos en la regular season un año más (58 victorias). Con todo, la tropa del Álamo parece ajustarse mejor al estilo de estos Lakers sin Kobe Bryant, que bajarán un par de velocidades su ritmo juego, volcándolo en sus gólems. El dominio de Parker sobre el dúo formado por Blake y el renqueante Nash debería ser la clave de la serie. Pronóstico: 4-2.

- Denver Nuggets vs Golden State Warriors: espectacular eliminatoria, con mucho que ver. Los de Colorado llegan muy mermados por las bajas de 2 de sus pilares (Gallinari fuera, Faried duda), pero con coach Karl a los mandos todo es posible. Brutal duelo entre Lawson y Curry (272 triples convertidos en la 2012/13, mejor registro histórico). El imperial David Lee contra la batería interior de los Nuggets (McGee, Koufos). Wilson Chandler, posible factor X. Pronóstico: 4-3.

- Los Ángeles Clippers vs Memphis Grizzlies: curso con momentos muy brillantes el del equipo de Chris Paul, para verse abocados a una dura serie de primera ronda. Memphis ha calcado el récord de sus rivales, pero parte con el factor cancha en contra al no haberse impuesto en su división. Equipo áspero estos Grizzlies, maestros en el noble arte de la defensa, con su poderoso juego interior (Gasol & Randolph), Conley en la mejor forma de su carrera, Bayless encantado en el papel de cañonero desde el banquillo y Tony Allen apretando atrás. Reto importante para CP3, Griffin, Crawford y Cía. Pronóstico: 4-3.

 Los marines de Popovich, desafío titánico para Howard. Fuente: espn.go.com


Conferencia Oeste

Tras la fotografía al lado este, es hora de analizar la situación en el Wild West, recién acabado el fin de semana de las estrellas.

- San Antonio Spurs: los tejanos transitan por la liga regular sobrados, como llevan lustros repitiendo. Popovich se permite incluso otorgar descansos periódicos a su veterana columna vertebral, sin que las victorias dejen de caer con regularidad. Parker sigue superándose, y de nuevo estamos ante la mejor campaña de su carrera (20.8 puntos - 53% en tiros de campo - y 7.6 asistencias en 33 minutos de juego). 7 jugadores en dobles dígitos de anotación (incluimos a Gary Neal, 9.9 puntos desde el banquillo), un ataque para enseñar en los clínics (104.2 puntos por partido) y una defensa trabajada (95.8 puntos encajados). La duda volverá a ser si las pilas aguantarán a los del Álamo hasta el final, una vez metidos en la jungla de los playoffs. 42 victorias por 12 derrotas.


Tony & Timmy descansan, para llegar frescos a la madre de todas las batallas.. Fuente: zimbio.com

- Oklahoma City Thunder: Durant (29.2 puntos, 7.4 rebotes, 52% en tiros de campo, 42.7% en tiros de 3, 90.7% en tiros libres, de nuevo candidato al MVP), Westbrook (22.6 puntos, 8.1 asistencias, 1.94 robos) y cía continúan en la segunda posición de la conferencia, engrasando la maquinaria de cara a un nuevo asalto al anillo. Martin mantiene su gran nivel desde el rol de sexto hombre, e Ibaka sus progresos constantes en fase ofensiva. 39 victorias - 14 derrotas.

- Los Ángeles Clippers: han perdido algo de pujanza desde sus apoteósicos meses iniciales, pero se les ve mucho más sólidos que la pasada campaña. Dosifican esfuerzos como los Spurs, ayudados por su poderoso banquillo (Crawford, Bledsoe, Barnes...). Chris Paul mantiene el nivel (16.6 puntos, 9.6 asistencias, 2.59 robos) y Griffin añade recursos y rango a su catálogo de ataque. La vuelta de Billups, excelente noticia. Se rumorea que andan interesados en Paul Millsap. 39 victorias por 17 derrotas.

- Memphis Grizzlies: tras los ajustes necesarios por la marcha de Rudy Gay (llegan Prince y Davis), los osos siguen pujantes. Randolph poco a poco vuelve a ser el que era antes de la lesión (15.6 puntos y 11.5 rebotes de media) y Marc venía recuperando su mejor nivel en la última semana pre-All Star. Ellos, Conley y Jarred Bayles (en gran forma) deberán repartirse los tiros que deja Rudy. 33 victorias y 18 derrotas, con la defensa como dogma.

- Denver Nuggets: el caso opuesto a los Grizzlies. La tropa de George Karl gana desde su fastuoso ataque (con múltiples protagonistas) y su solidez en el bastión del Pepsi Center. Gallinari, Lawson, Faried, Brewer... cualquiera puede ajusticiar al rival. Iguodala está en clara mejoría, tras rachas con problemas en el lanzamiento. 6 jugadores en la decena de puntos y Chandler (9.5), Miller (8.9) y Koufos (8) muy cerca de esos guarismos. 33 triunfos por 21 derrotas.


El pequeño Lawson comanda la rebelión. Fuente: bleacherreport.com

- Golden State Warriors: en plena racha negativa (5 derrotas consecutivas), los de la bahía necesitan recuperar el color, siempre desde el trabajo de Curry, Lee, Thompson y sus dos sextos hombres (Jack & Landry). Bogut entra poco a poco en ritmo, y ya se nota su impacto defensivo. 30 victorias y 22 derrotas.

- Utah Jazz: un año más los de Salt Lake City siguen dando guerra por una plaza de playoff. Es vox-pópuli su intención de deshacerse de una de sus estrellas, y parece que Paul Millsap ha sido el elegido. Foye sigue con su espectacular acierto desde la larga distancia (42.2% en triples). 30 triunfos por 24 derrotas, pese a encajar más puntos de los que materializan.

- Houston Rockets: los tejanos se apoyan en el hombre de la barba, en plena lucha sin cuartel por continuar con su aventura más allá del mes de abril. Los 26.1 puntos y 5.7 asistencias de media hacen de Harden uno de los grandes protagonistas del año. Parsons y el turco Asik (10.5 puntos, 11.5 rebotes) son las dos ayudas más fiables para el escolta, dada la irregularidad galopante de Jeremy Lin. 29 victorias - 26 derrotas.

- Portland Trail Blazers: la última racha de 5 derrotas les han hecho perder comba con respecto a los Rockets, y no parecen una amenaza real para los 8 primeros ya. 5 jugadores importantes (Aldrige, Lillard, Batum, Matthews y Hickson)... y nada más. 25 victorias (8-20 fuera de casa) por 28 derrotas.

- Los Ángeles Lakers: los últimos cambios adoptados por el coach y la plantilla (ejemplificados en el rol facilitador de Kobe) han mejorado los resultados de un equipo que ya va a contra-reloj. La lesión de Gasol aumenta la presión en torno a Howard, que deberá responder a la altura definitivamente. Earl Clark aumenta su importancia día a día, mientras World Peace lanza todo lo que toca, con pésimos porcentajes. 25 victorias y 29 derrotas para un grupo incapaz de competir ante las escuadras punteras.

- Phoenix Suns: colistas de la conferencia. Se auguraban malos tiempos para los de Arizona, y la realidad se ha encargado de confirmarlos. Dragic mantiene el paso (14 puntos, 6.4 asistencias), con Gortat sufriendo sin Nash a su lado (el polaco anota 4 puntos menos de media que el pasado curso). El trabajo de Scola, Dudley y Brown desde el banquilo ayuda, pero no lo suficiente. Los esporádicos fogonazos de Beasley tampoco. 17 victorias por 36 derrotas.


Conferencia Este

Nuevo repaso a la situación en el lado este del país, aprovechando el parón del All Star. Lo mejor y lo peor de la conferencia, a continuación.

- Miami Heat: nada nuevo bajo el sol de florida. La tropa de Spolestra extiende su dominio con mano de hierro, liderada por un colosal Lebron James. Se agotan los calificativos para valorar la temporada del jugggernaut de Akron, inmerso en una serie de 7 partidos consecutivos anotando más de 30 puntos, con extraordinarios porcentajes. Victorias como la lograda ante los Thunder (110-100) refuerzan aún más (si es posible) la candidatura a revalidar el título. La llegada de Birdman Andersen añade una nota de color. 36 victorias - 14 derrotas (11 de ellas fuera de casa, donde el equipo sestea más de la cuenta).

- New York Knicks: el gran curso de los Knickerbockers continúa. Pese a ciertos síntomas de agotamiento, que vienen ralentizando su gran circulación de balón en ataque (el descanso por la fiesta de las estrellas vendrá fenomenal al equipo), los de la gran manzana mantienen la segunda plaza del este, y Carmelo sus opciones de cara al MVP (28.6 puntos, 6.5 rebotes, 40% de acierto en triples). Felton está de vuelta tras su lesión y STAT viene rindiendo extraordinariamente desde el banquillo (13.6 puntos y 5 rebotes en 23 minutos de juego). 32 victorias por 18 derrotas.

- Indiana Pacers: el milagro del año en el este. En lucha permanente contra la adversidad (lesión de Granger, bajo rendimiento de Hibbert ), los Pacers sacan petróleo de los pírricos 92.8 puntos por partido que materializan. En defensa todos aportan (aquí si hay que destacar al center jamaicano, con 2.66 tapones), y en fase ofensiva el nuevo All Star Paul George señala el camino. Gran campaña de David West (17.2 puntos, 7.6 rebotes). 32 victorias - 21 derrotas.

- Brooklyn Nets: sorprendentemente buenos los resultados de la nueva franquicia, teniendo en cuenta su irregularidad. Sin un patrón definido en ataque (muy mejorable el acierto en los lanzamientos de Deron Williams y Joe Johnson), el buen tono defensivo permite al equipo lucir un récord de 31 victorias por 22 derrotas. Brook Lopez, debutante en el partido de las estrellas. Carlesimo para haber recuperado las constantes vitales del grupo, tras la destitución de Avery Johnson.

- Chicago Bulls: los toros siguen remando, mientras cuentan los días para la esperada reaparición de Derrick Rose. Caso similar al de los Indiana Pacers: ataque mejorable, en el que todos ponen su granito de arena para reemplazar los más de 20 puntos que asegura el MVP de 2011, y defensa portentosa, obra del maestro Thibodeau. Carlos Boozer, criticado el año pasado, sigue adelante con su gran curso (15.7 puntos, 9.3 rebotes, en 31 minutos de juego). Noah, Deng y un enorme Nate Robinson (como point guard titular, hasta la vuelta de la estrella), los otros pilares de la Windy City. Muy competitivos fuera de casa. 30 victorias - 22 derrotas, inmersos en una mala racha (4-6 en los últimos 10 duelos).

- Atlanta Hawks: equipo de picos y valles, difícil saber a qué atenerse cuando uno se pone frente a la tele para ver a los halcones. La irregularidad de su timonel, el talento físico y técnico Jeff Teague, se contagia a la escuadra. Indolencia intolerable en ciertos partidos, que les lleva a encajar parciales surrealistas. Su fuerza está en el juego interior, en espera de lo que suceda con el traspasable Smith (17.4 puntos, 8.6 rebotes, 4.1 asistencias, 2.15 tapones). Josh exige el máximo para renovar, y la gerencia de Georgia no anda muy por la labor. Hortford será su representante en el fin de semana de las estrellas. 29 victorias por 22 derrotas.

- Boston Celtics: la devastadora noticia de la baja de Rondo espoleó a los Orgullosos Verdes, que reaccionaron con una gran racha de triunfos. Con todo, el vuelo del equipo en la futura postemporada sin su base estrella sigue siendo una incógnita. Pierce, Garnett y Terry deberán multiplicarse el resto de la regular season, y el sobreesfuerzo deberá pasarles factura, dada su veteranía. Fracaso momentáneo de Bradley ante la gran oportunidad que se le presenta. 28 victorias - 24 derrotas.

- Washinton Wizards: el regreso de John Wall ha devuelto la ilusión a la sufrida parroquia capitalina. Con la temporada ya en la basura, el point guard ha logrado que los magos parezcan un equipo, a ratos. El brasileiro Nene, en gran forma estos últimos días (partidazo de 21 puntos, 13 rebotes y 6 asistencias, en la victoria ante Milwaukee). 15 victorias y 36 derrotas, superando a Orlando en los fondos de la conferencia.

- Charlotte Bobcats: nos engañaron a todos en las primeras semanas de curso, estos linces siguen siendo una banda en toda regla. Las derrotas se acumulan, y el eterno discurso de desarrollo de talento joven chirría cada vez más. Los fogonazos de Kemba Walker, el buen hacer de Sessions desde el banquillo y la sorprendente vuelta de Mullens, entre los escasos motivos para la alegría. Kidd-Gilchrist, nº2 del pasado draft, en problemas entre lesiones y el temido rookie Wall. 12 victorias - 40 derrotas. Un chollo total como visitantes.

El dúo de Oklahoma, impotente ante el Rey. Fuente: elpais.com



Conferencia Oeste

Pasamos ahora al análisis de los mejores equipos y las mayores decepciones del Wild West.

- L.A Clippers: el hermano pobre continúa imperial, arrasando rivales sin compasión. Un rodillo letal que permita al coach Del Negro administrar los minutos de sus estrellas, evitando la acumulación excesiva de esfuerzos. Un estelar Chris Paul (17 puntos, 9.3 asistencias y 2.6 robos de balón, en 33 minutos de juego) lidera la tropa. Griffin pule día a día su juego de ataque, añadiendo nuevos recursos a su potencial atlético (17.7 puntos, 8.5 rebotes, 3.1 asistencias, 1.51 robos). Crawford, candidato principal para su segundo galardón de mejor sexto hombre del año (16.5 puntos desde el banquillo), lidera una espectacular segunda unidad (con Barnes y Bledsoe también a gran nivel). Perfecta circulación de balón en ataque + una gran defensa = combinación letal. Récord de 27 victorias por 8 derrotas.

- Oklahoma City Thunder: la vida sigue igual en OKC, a la caza de los Clippers. Durant, imperial (28.2 puntos, 7.8 rebotes, 4.3 asistencias, 1.56 robos, 1.24 tapones, 52% en tiros de campo, 41% en triples). Westbrook, de lugarteniente (21.7 puntos, 5.1 rebotes, 8.5 asistencias, 2.15 robos, impreciso en el tiro). Imparable progresión de Ibaka en ataque (14.8 puntos, 8.6 rebotes y 2.88 tapones). Kevin Martin, cumpliendo a la perfección con lo que se le pide: anotación desde el banquillo (15.2 puntos, 43,6% en triples). Récord de 26-8.

Air Congo sigue taponando, pero ahora además anota... Fuente: espn.go.com

- San Antonio Spurs: los eternos tejanos dan una vuelta de tuerca más a la camaleónica fórmula- Popovich. Esta temporada son el segundo mejor ataque de la liga (104.9 puntos anotados), con un impactante juego coral. Parker sigue en el mejor momento de su carrera (19.1 puntos, 7.2 asistencias) y lo de Duncan ya no tiene nombre. A sus 36 primaveras, la leyenda de las Islas Vírgenes aporta 17.6 puntos, 9.6 rebotes y 2.56 tapones en 30 minutos en pista. Añadamos la ayuda de Manudona, Neal, Green, Splitter, Leonard, Jackson... una profundidad tremenda, mérito del entrenador. Récord de 27-10, no muy lejos de la cabeza.

- Memphis Grizzlies: los Osos siguen en lo alto del oeste, con una fórmula parecida a la de Spurs o Clippers: el equipo por encima de todo. Con uno de los mejores quintetos de la liga (Conley, Allen, Gay, Randolph, Gasol), más Speights, Pondexter y el recuperado Arthur ayudando desde el banco, los de Tennesee se apoyan en su brutal defensa (89.1 puntos encajados por noche) para superar un rival tras otro. Z-Bo y Marc forman el mejor dúo interior de la liga: 30.5 puntos, 19.5 rebotes, 5.2 asistencias y 2.52 tapones entre los dos. 22 victorias por 10 derrotas.

- Golden State Warrios: la sensación de la temporada. Curry, a salvo de lesiones, está a un nivel All Star (20.1 puntos, 6.5 asistencias, 1.58 robos de balón, tremendo 45% en triples). Y qué decir de David Lee (19.9 puntos, 10.9 rebotes, 3.7 asistencias), que parece que debutará al fin en postemporada. Banquillo diferencial, con Jarret Jack y Carl Landry como sólidos candidatos al premio al mejor sexto hombre (compartiendo equipo, hecho inusual). El sophomore Thompson, mejorando su nivel del año pasado, y el rookie Harrison Barnes completan la tropa del general Jackson. 22 victorias y 11 derrotas, con el aliento en el cogote de los Grizzlies.

- Houston Rockets: Beardmania ha cambiado a Houston. El equipo al fin ha encontrado la gran estrella que llevaba años buscando, y Harden (26.6 puntos, 5.4 asistencias, 1.9 robos de balón) ha traído victorias en el zurrón. El brutal rendimiento de Asik (10.4 puntos, 11.2 rebotes) ha sorprendido a propios y extraños, no así la progresión continua de Chandler Parsons. Patterson, Delfino, Morris, Douglas y el irregular Jeremy Lin (12.3 puntos, 6.3 asistencias, 1.94 robos) completan el mejor ataque de la NBA: 106.8 puntos por partido. 21 victorias por 14 derrotas. La defensa, amplia área de mejora. 

Harden ilusiona a Houston. Fuente: foxsports.com

- L.A Lakers: el drama sigue instalado en Hollywood. Más derrotas que victorias para D´Antoni desde su llegada, estilo de juego mal implantando y los gigantes interiores perdidos, entre la infrautilización y la caraja propia (algo más de lo segundo que de lo primero). Gasol está al peor nivel de su carrera (12.2 puntos, 8.4 rebotes, 3.8 asistencias, 41,6% en tiros de campo) y bajando, lastrado por los problemas físicos, la exigencia de jugar más abierto y su frágil moral. Howard, algo mejor pero muy lejos de lo esperado (17.3 puntos, 12.4 rebotes, 2.64 tapones, dramático en los tiros libres y sin peso en los cuartos decisivos). La vuelta de Nash ha disparado las asistencias del equipo, pero no ha mejorado las cosas. No defienden a nadie. Un genial Kobe Bryant (30.2 puntos-líder de la liga-, 5.2 rebotes, 4.8 asistencias, 1.56 robos, 48% en tiros de campo) y un buen Artest sostienen las esperanzas de playoffs. 15 victorias por 19 derrotas, en plena racha de 4 duelos perdidos de forma consecutiva.

- Dallas Mavericks: el bajón de O.J Mayo (difícil mantener el asombroso nivel de las primeras semanas de curso) ha derrumbado a los Mavs, que esperan que las cosas cambien con Nowitzki de vuelta. En ataque no están del todo mal, pero a la hora de bajar el culo atrás son una banda (103.1 puntos encajados). Por dentro tienen talento con Dirk y Kaman, pero son un chollo para los gólems rivales. 13 victorias-22 derrotas, riesgo alto de romper su racha de 12 temporadas consecutivas en los playoffs.

La regularidad de Mayo, clave para el futuro de los Mavs. Fuente: espn.go.com

- New Orleans Hornets: nada fuera de lo esperado, salvo para los analistas que daban a los chavales de Monty Williams opciones de POs (pronósticos exageradamente optimistas). El retorno de Eric Gordon mejorará las cosas. Davis va cumpliendo con lo que se esperaba de él, problemas físicos aparte (13.7 puntos, 8.3 rebotes, 1.86 tapones). Ryan Anderson (alternando titularidad con banquillo) y el venezolano Vasquez (14 puntos, 4.5 rebotes, 9.1 asistencias) sostienen el engranaje. 9 triunfos, 25 derrotas.


Conferencia Este

2º mes de competición en el este, con algunos cambios entre la élite y la zona baja de la conferencia:

- Miami Heat: los de florida continúan a la cabeza de la parte este de país, pese a su irregularidad fuera de casa (récord de 7-6). James firma un año más números de candidato a MVP (26.5 puntos, 8.3 rebotes, 6.9 asistencias, 1.5 robos), y está tirando con los mejores porcentajes de su carrera (54,5% de 2, 41% de 3). Wade (lejos de la superestrella de antaño) y Bosh le secundan con eficacia. 23 victorias por 9 derrotas.

Melo vs The King, duelo por el cetro del Este. Fuente: knicksnow.com

- NY Knicks: pese a la baja de Anthony en algunos partidos, los Knicks mantienen un alto nivel. Melo sigue sonando fuerte en el debate por el MVP (29 puntos y 6.1 rebotes por noche, tremendo 43% en triples), y en su ausencia J.R Smith ha dado un paso adelante (tremendos sus dos buzzer-beaters de lo que llevamos de campaña). Kidd, desplazado al puesto de playmaker por la lesión de Felton. Chandler continúa erigiéndose en bastión defensivo, y Prigioni mostrando su inteligencia a la liga. STAT está de vuelta, de momento saliendo desde el banquillo. Récord de 23-11.

- Atlanta Hawks: sorpresa relativa del curso. Los halcones se mantienen en la pomada del este, pese a la marcha de Joe Johnson. Smith sigue aportando en todos los aspectos del juego (16.8 puntos, 8.2 rebotes, 3.6 asistencias, 1.47 robos y 2.33 tapones), ayudado por Hortford, Teague, y el cañonero Louis Williams desde el banquillo (15.3 puntos, 3.7 asistencias). Korver ha trasladado a Georgia su mirilla de francotirador (43% en triples, 10.7 puntos). Récord de 20 victorias por 12 derrotas.

- Chicago Bulls: los toros mantienen el paso, en su dilatada espera por Derrick Rose. Noah comanda su poderosa defensa (91.5 puntos encajados, 10.4 rebotes y 2 tapones del center), y Deng y Boozer capitanean el mejorable ataque (17.4 puntos y 6.8 rebotes para el sudanés, 15.2 puntos y 9.6 rebotes para el ala-pívot). Nate Robinson, muy incisivo desde el banquillo (11 puntos, 3.5 asistencias). Récord de 19 victorias por 13 derrotas.

- Charlotte Bobcats: los linces pasan de sorpresa a decepción de un mes a otro. 2 victorias en los últimos 10 partidos, con una racha de 18 derrotas consecutivas incluida. Dentro de su irregularidad, Kemba Walker y Ramon Sessions lideran el quinteto y el banquillo respectivamente. Kidd-Gilchrist sigue aportando. Desastrosa defensa, tanto por conceptos como por habilidades de la mayor parte del roster (103.8 puntos encajados). Récord de 9-24.

- Cleveland Cavaliers: otros que se hunden sin remisión. Irving ha dado al equipo algunas victorias a su vuelta (23.1 puntos y 5.6 asistencias está promediando el rookie del año de 2011), pero tanto él como Varejao (14.1 puntos, 14.4 rebotes) se han perdido ya 11 partidos por cabeza. Record de 8-28, penúltimos de la conferencia.

- Washington Wizards: los capitalinos son el hazmerreír de la liga. Con Wall aún de baja, solo Crawford (15.6 puntos, 4 rebotes y unas asombrosas 4.6 asistencias desde el banquillo. Sorprendentes registros en el pase para un chupón irredento como él) y el rookie Bradley Beal (13.1 puntos, con la selección de tiro como asignatura pendiente) sobresalen de la mediocridad general. Dato curioso: 2 de sus 5 victorias (en 33 partidos) han llegado ante Thunder y Heat. En ataque no llegan a los 90 puntos...

¿Será Wall capaz de arreglar el caos capitalino? Fuente: zimbio.com


Conferencia Oeste

Tras repasar el primer mes de batalla en el este, viajamos de lado a lado de EEUU, para analizar lo mejor y lo peor del arranque de la competición en el Salvaje Oeste.

- Memphis Grizzlies: el mejor equipo de este primer mes, con un brillante récord de 11 victorias por 2 derrotas. Quinteto muy equilibrado, con un buen base (Conley), un gran jugador defensivo (Allen), un cañonero exterior (Gay) y su poderoso juego interior, la principal baza de los osos. Randolph ha recuperado su mejor forma y vuelve a ser el doble-doble andante al que estábamos acostumbrados (16.9 puntos y 13.2 rebotes como promedios). Y Marc se ha convertido en el otro base del equipo, asombrando a la liga con su ya conocida capacidad para asistir desde la pintura (15.5 puntos, 6.8 rebotes y 4.6 pases de canasta). Añadamos la aportación del banquillo (Speights, Bayless...) y tenemos a un grupo compacto y peligroso, que lidera su conferencia y la liga.

Tim vs Marc: duelo por la supremacía en el Wild West. Fuente: nba.com

- San Antonio Spurs: los marines de Popovich extienden su pacto con el diablo, ese que les permite burlar año tras año el paso del tiempo. Brutal inicio de curso de Duncan (18.4 puntos, 9.8 rebotes y 2.5 tapones, en menos de 31 minutos por partido). 6 jugadores en más de 10 puntos de promedio, ejemplo claro del excelente baloncesto que viene practicando la tropa de Pops, seguramente el mejor coach de la liga.

- Oklahoma City Thunder: Durant (26.6 puntos, 9.1 rebotes, 50% en tiros), Westbrook y cía han comenzado la caza de los osos (récord de 12-4). El hueco de Harden lo ha ocupado con solvencia el anotador Kevin Martin (15.8 puntos por noche), aunque no disponga de la versatilidad del hombre de la barba. Ibaka progresa en ataque (15 puntos, más sus habituales 3.13 tapones).

- Los Ángeles Lakers: la gran historia de la temporada 2012/2013, el superequipo gripado. De momento D´Antoni no logra reconducir el rumbo de un grupo despistado, con un fastuoso juego interior totalmente desnortado. Los puntos del eterno Kobe Bryant (27.7 por noche, con un excelente 50% en tiros) y el buen momento de Metta World Peace les mantienen cerca del 50% de balance (7-9). Toca recuperar a sus pointguards (Nash y Blake, ambos lesionados), y decidir a qué diablos quieren jugar.

- Portland Trail Blazers: problemas para los de Oregón, con una fórmula que ya no es competitiva. Aldridge como go to guy no llega para meterse en los playoffs, así que las ilusiones se centran en Damian Lillard, el prodigioso rookie que discutirá el ROY a Anthony Davis (19.1 puntos y 6.1 asistencias en los primeros 14 partidos). Problemas atrás, solo Batum parece un defensor fiable. Sin noticias de Claver, como era de esperar. Récord de 6-9.

Lillard, la esperanza de los Blazers. Fuente: bleacherreport.com

- New Orleans Hornets: con el rookie Anthony Davis limitado a 6 partidos por problemas físicos (y confirmando sus excelentes maneras), los Hornets ocupan el vagón de cola de la conferencia junto a Sacramento (4-10). Destaca el gran inicio de Greivis Vasquez (13.7 puntos, 8.8 asistencias), apoyado por los puntos de Ryan Anderson. El rookie Austin Rivers, con problemas en el salto al profesionalismo. Habrá que seguir esperando a Eric Gordon.

- Sacramento Kings: la eterna cantinela, mucho talento joven sin ninguna coordinación. La liga aún espera el golpe definitivo sobre la mesa de un jugadorazo como DeMarcus Cousins (16.4 puntos y 9.3 rebotes, perezoso arranque), mientras Tyreke Evans ofrece pequeños atisbos de una futura recuperación. Thornton sigue aportando puntos desde el banquillo. Quizá convendría aumentar el protagonismo de Thomas al timón. Récord de 4 victorias y 10 derrotas, con la sombra de una posible mudanza a San Diego en el horizonte.


Conferencia Este

Transcurrido prácticamente un mes de competición, fijemos el foco sobre la conferencia este, para analizar con brevedad los mejores equipos y las grandes decepciones de este arranque.

D-Will vs Melo: el nuevo derby de la Gran Manzana. Fuente: espn.go.com

- Miami Heat: líderes absolutos de este lado del país (10-3). Sus flojos compañeros de división les aseguran una liga regular la mar de plácida. Lebron mantiene su galáctico nivel, y los tiradores responden. Espléndido Chris Bosh, jugando de 5.

- Brooklyn Nets: el nuevo equipo de Prokhorov comanda la división atlántico (9-4), merced a su buen rendimiento defensivo (91.7 puntos encajados). Deron Williams y Joe Johnson están tirando con flojísimos porcentajes, así que los Nets viven del talento de Brook Lopez en ataque (19.2 puntos, 54% en tiros de campo). El veterano Stackhouse se abre paso en la rotación.

-New York Knicks: entre los grandes animadores de la liga, con el mismo récord que sus nuevos vecinos. Woodson ha dispuesto un quinteto pequeño (con 2 bases: Felton y Kidd), con movilidad y muy agresivo en defensa. Un Carmelo imperial lidera el cotarro (26.3 puntos, 7.1 rebotes), jugando de falso 4. Habrá que ver lo que ocurre cuando vuelva Stoudamire.

- Philadelphia 76ers: enorme rendimiento, teniendo en cuenta que no han podido contar con su gran estrella: el ex-pívot de los Lakers Andrew Bynum. 9 victorias y 6 derrotas, con un fantástico Holiday (18.5 puntos, 9.1 asistencias) a los mandos. El problema está fuera de las canchas: la lesión del center All Star se ha agravado, tras una accidentada partida de bolos...

-Charlotte Bobcats: la sorpresa agradable del primer mes. Récord positivo (7-6), con el mismo número de victorias que en toda la temporada pasada. Destacan sus dos bases (Walker y Sessions) y el rookie Michael Kidd-Gilchrist, que se confirma como un valioso jugador de equipo. Lejos de la banda que fueron hace no mucho.

- Cleveland Cavaliers: en clara involución con respecto a la temporada pasada. Las grandes prestaciones de Irving (22.9 puntos y 5.6 asistencias por noche, antes de su lesión) y Varejao (14.5 puntos, 14.9 rebotes) no son suficientes, en un equipo que es un chollo total como visitante. Necesaria mejoría atrás. Récord de 3-12.

-Toronto Raptors: otros que transitan por las profundidades de la conferencia. Ni DeRozan ni Bargnani son capaces de conducir al grupo a la victoria. En los partidos sin Lowry, un imperial Calderón dio un paso al frente, repartiendo asistencias por doquier. Mismo récord que los Cavs.

-Washington Wizards: las bajas de John Wall y Nene no son suficientes para explicar el desastroso arranque de los magos (que cuentan sus 12 partidos por derrotas). El rookie Bradley Beal presenta grandes problemas en su selección de tiro. Seraphin (11.5 puntos y 4.6 rebotes desde el banquillo), de lo poco rescatable.